Creemos que el entorno macroeconómico de Asia seguirá siendo resiliente en 2026, aunque la combinación de crecimiento e inflación podría moderarse ante una mayor incertidumbre comercial y un repunte de la inflación derivado del efecto de base.
En un momento en el que China vuelve a ocupar un lugar destacado en el radar de los inversores globales resulta especialmente interesante conocer la visión de quienes analizan este mercado desde dentro.
Hoy hablamos con Joan Esteve, director de inversiones de Gesinter para profundizar en la estrategia y perspectivas del Gesinter China, un fondo que apuesta por el potencial de crecimiento del gigante asiático en un contexto de transformación económica y tecnológica.
En un momento en que los cambios de régimen en Europa y Estados Unidos acaparan gran parte de la atención del panorama económico mundial, la transformación estructural que está viviendo Japón ha pasado casi inadvertida fuera de Asia.
En 2017, el presidente Xi afirmó que “el mundo está experimentando cambios trascendentales de una magnitud sin precedentes en un siglo”. Ocho años después, el recién publicado borrador del XV Plan Quinquenal (PQC) sostiene que estos cambios no han hecho más que intensificarse.
El nuevo Plan Quinquenal de China parece que va a seguir su planteamiento actual. Esto implica mantener el crecimiento dentro de un “rango razonable” y garantizar que los ingresos de los hogares sigan creciendo al mismo ritmo. China hará mayor hincapié en el consumo como motor del crecimiento y continuará su impulso hacia la autosuficiencia tecnológica.
Mientras muchos miran el frágil consumo o la crisis inmobiliaria en China, hay áreas que están pasando bajo el radar… pero que podrían marcar el camino en los próximos años: tecnología de la información con IA y semiconductores, salud y biotech emergente, y manufactura avanzada ligada a la transición energética. En esta entrevista analizamos qué papel jugarán, por qué y cómo aprovecharlo.
La reciente intensificación de las fricciones comerciales entre Estados Unidos y China, marcada por la ampliación de los controles de exportación chinos sobre los elementos de tierras raras (REE, por sus siglas en inglés) anunciada el 9 de octubre de 2025, y la posterior amenaza del presidente Donald Trump de imponer un arancel del 100% el 10 de octubre, subraya la creciente desconfianza entre las dos mayores economías del mundo.
A principios de septiembre, el primer ministro Shigeru Ishiba anunció su intención de dimitir. Este fin de semana se celebrarán las elecciones para elegir un nuevo primer ministro. Hay dos candidatos: Sanae Takaichi, que sería la primera mujer primera ministra de Japón, y Shinjiro Koizumo, actual ministro de Agricultura. Koizumo es el favorito, pero se espera que el resultado sea reñido. Takaichi probablemente sería más intervencionista, y su victoria podría asustar a los mercados, recelosos del aumento de los niveles de deuda. Dada la falta de mayoría parlamentaria del Partido Liberal Democrático, en caso de victoria de Koizumo, sería necesario llegar a acuerdos con otros partidos políticos. Esperamos que esto ocurra.
Creemos que el crecimiento en Asia probablemente se modere en la segunda mitad de 2025, debido a dos factores: el aumento de los aranceles estadounidenses y el debilitamiento de la demanda interna. Estas tensiones harán que los bancos centrales de la región relajen su política monetaria y que los gobiernos refuercen el apoyo fiscal.
A principios de julio, el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, hizo públicas las cartas que envió a varios socios comerciales, en las que anunciaba los aranceles generales que aplicará a las importaciones a partir del 1 de agosto.