Lazard Frères Gestion considera que la crisis energética en Europa está lejos de su final y que continuará afectando a la subida de los precios, que en los últimos meses han alcanzado cifras no vistas desde hace décadas.

Así lo ha señalado el gestor y analista de renta variable europea de la firma, Régis Bégué, en un encuentro con los medios. Bégué ha señalado que el impacto de la invasión de Ucrania va a afectar principalmente a los precios de las materias primas, que han subido con fuerza.

De resolverse pronto el conflicto, los precios se normalizarían, mientras que si continúa, se mantendrían en estos niveles elevados y afectarían en gran medida a los consumidores finales, con lo que la duración determinará la trayectoria del crecimiento económico.

Bégué ha señalado que a finales de 2021 ya se veía venir una crisis energética debido a la fuerte subida de las materias primas, y destaca tres momentos: octubre de 2021, diciembre de 2021 y febrero de 2022, justo después de la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

Asimismo, ha llamado la atención sobre la diferencia entre los precios de energía en Europa y en Estados Unidos, donde apenas se han movido desde que comenzó la invasión, si bien han registrado una ligera subida en las últimas semanas.

Bégué pone de relieve la forma en la que el sistema eléctrico está estructurado en el Viejo Continente, en el que el precio de la electricidad está muy ligado al del gas.

La interconexión entre todos los países hace que no haya una diferencia significativa en los precios del gas y la electricidad entre territorios, y ha hecho mención a que debido a esa interconexión, España es igualmente dependiente del gas ruso que Francia y Alemania.

Bégué ha señalado que esta dependencia no ha sido obvia hasta ahora, ya que los ciudadanos tienen en ocasiones la creencia de que consumen la energía que se genera en su país, algo que no es cierto debido a esa interconexión.

"El principal problema es que cada país piensa en sus propias políticas energéticas y no hay mucha gente que entienda que estas dependen en gran medida de las de otros territorios", ha incidido.

En este contexto, el directivo de Lazard ha explicado que el continente europeo tuvo suerte con el buen tiempo en los meses de enero y febrero, pero recalca que la situación aún es muy engañosa.

En cuanto a los planes de Europa de reducir un 70% la dependencia del gas ruso, Bégué considera que es "casi imposible" en el corto plazo, ya que se tardarían entre tres y cinco años en construir la infraestructura necesaria.

Los altos precios del gas han impactado con fuerza el precio de los alimentos, ya que se utilizan para los tractores y principalmente para la elaboración de fertilizantes.