Los tipos de interés van a estar bajos durante mucho tiempo. Así lo dijo el presidente del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi en su penúltima reunión al frente del organismo monetario que aseguró que no moverá el precio del dinero mientras la inflación no se acerque a su objetivo del 2%. Y lo cierto es que, tirando de las propias previsiones del banco central, no parece que en los dos próximos años se vayan a ver niveles de precios acercándose a ese famoso 2%. De hecho, “con crecimientos del 2,5-3% en los últimos años en la zona euro no hemos conseguido que la inflación repunte con lo que, en un entorno de menor crecimiento, va a ser casi imposible”, reconoce Mar Barrero, directora de análisis de Arquia Profim Banca Privada.

Es el bajo crecimiento a nivel global  el principal argumento al que los expertos aluden para no ver niveles de inflación superiores. Junto a las dudas sobre si las políticas de los Bancos Centrales han llegado a su límite o no, está el efecto espejo que hay entre organismos monetarios y mercados financieros. “Los bancos centrales están muy encima de los mercados financieros porque el eslabón más fuerte hoy en día del crecimiento es el consumo. El efecto riqueza está muy ligado con los mercados financieros y, a su vez, éstos están mirando a los bancos centrales para ver si tocan o no los tipos para seguir subiendo”, asegura Iván Díez, Country Head Iberia & Latam de Groupama AM.

Los bancos centrales ya han hecho más de lo que debían. Ahora les toca el turno a los Estados

La pregunta que subyace es si la política implementada por los bancos centrales es suficiente para generar tanto el crecimiento como la inflación que necesitan. En el sector tienen claro que los bancos centrales ya han hecho más de lo que podían o, más bien, de lo que deberían hacer. Óscar Esteban, responsable de ventas de Fidelity Internacional reconoce que no hay más “leña” que la tienen los bancos centrales y ahora “son los gobiernos con sus políticas fiscales los que deberían tomar medidas. Desde Fidelity creemos que esto es mucho más complejo, porque entra en juego la política,  pero tienen que ser los Estados los que implementen medidas fiscales que tengan efecto en la economía”.

 

 

De izquierda a derecha: Delante: Silvia Morcillo (Ei), Alejandra Hernández (ATL Capital), Mar Barrero (Arquia Profim Banca Privada) y Macarena Muñoz (BNP Paribas WM).

Atrás: Óscar Esteban (Fidelity), Consuelo Blanco (Ei) e Iván Díez (Groupama AM)

La experta de Arquia Profim Banca Privada asegura que “si España, aún creciendo, no ha sido capaz de cambiar su modelo económico, no hemos hecho nada durante un período de tranquilidad económica, será complicado que lo hagamos en el futuro”. Las economías no han aprovechado los bajos tipos de interés para reducir deuda, si no, al contrario.  “Con lo que como suban un poco los tipos de interés en la Zona euro, con el endeudamiento que tienen algunos países complicará mucho la situación”.

Un escenario que contrasta con el que presentan familias y empresas “que no se han endeudado tanto”, reconoce Consuelo Blanco, responsable de fondos de inversión en Estrategias de Inversión. “El problema no es que el BCE no haya canalizado liquidez a los  bancos es que éstos no la han trasmitido a empresas y familias. Es un problema del sistema financiero de los países”.

En un entorno en el que cada vez será más complicado sacar rentabilidad de los activos más conservadores, de nuevo se vuelve a poner en valor la labor del asesor financiero, que será el que conozca al cliente, su situación, objetivos y necesidades para poder diseñar una estrategia de inversión. Las opciones después son infinitas pero el “diagnóstico” es lo más importante. Una labor que va de la mano de la formación de todos los eslabones de la cadena implicados en la gestión: cliente, asesor y/o banquero privado. Una formación que “se hace cada vez que hablas con el cliente. Esto no es una opción porque no formar a tu cliente, al fin y al cabo, va en tu contra”, asegura la experta de ATL.

Un momento importante “para transmitir que no hay rentabilidad sin riesgo. Las alternativas de inversión  no pasan sin aumentar el riesgo y, para intentar minimizarlo, una buena estrategia es la diversificación”, asegura Macarena Muñoz, Head of Funds Advisory de BNP Paribas Wealth Management.  Una experta que cree que la renta variable, real estate, oro, inversiones alternativas…. “son temas que permiten captar las grandes tendencias a nivel global, que es necesario conocer y analizar cuáles son las que mejor encajan en el perfil de inversor”. 

Dividendos, visión global y volver a lo básico, claves de la gestión en un entorno de tipos negativos

Estamos en una situación en la que nos tendremos que acostumbrar sí o sí a tipos bajos, la pregunta es cuáles son las alternativas para el inversor más conservador. Ese perfil de inversor más acostumbrado al depósito y que tiene que tomar conciencia de que no hay rentabilidad sin riesgo. Es necesario que el ahorrador dé el salto y se convierta en inversor, claro está, con una correcta adecuación de los productos a su perfil de riesgo.

La experta de Arquia Profim  Banca Privada asegura que este paso de ahorrador a inversor quizás lo tengan que hacer los  bancos trasladando los tipos negativos que aplica el banco central a sus clientes “que les haga ve que el depósito es un activo con el que también se pierde y que nos permita jugar en la misma liga”.

A menudo  se piensa que el paso más lógico para alguien que está habituado a invertir en  depósitos es la renta fija. Un activo “desconocido, en el que la gente cree que no se pierde dinero porque no entienden que haya oferta y demanda., que fluctúa como cualquier otro activo y dentro de la cual existen muchos tramos”, asegura Alejandra Hernández, socia directora de ATL Capital. 

Desde Groupama AM reconocen que hay valor en renta fija aunque no todo vale. “Hay que ser muy selectivo y flexible para aprovechar ineficiencias o las oportunidades que nos genere la renta fija”, asegura Diez. Tener ese enfoque flexible, la visión global y parametrizar los riesgos son tres de los factores a los que apunta Esteban. “Parametrizar cuáles son los límites dentro de cada uno de los activos de la renta fija a nivel global, en cuáles puedo invertir y cuál será el impacto en caso de que vengan mal dadas”, admite este experto.

 

 

Y lo mismo para la renta variable. Es evidente que los bajos tipos de interés también distorsionan las valoraciones de la renta variable. Una situación en la que, más que nunca, es importante ver los fundamentales de las compañías. “Si a pesar de las dificultades de crédito, las empresas cada vez se endeudan más, es importante analizar qué negocios hay detrás y todo eso viene respaldado por analistas y gestores especializados”, asegura la experta de BNP Paribas Wealth Management. Desde ATL creen que cuanta más capacidad de asumir riesgo, mejor es el escenario. “Es evidente que la situación macro se está deteriorando, quizás a un ritmo más rápido del que estábamos esperando, pero si te pones a ver las valoraciones de los mercados, excepto el americano que ya está en precio, el resto está infravalorado”.

Es momento de fijarse en los fundamentales porque actualmente “estamos muy pendientes de factores externos como el Brexit, la guerra comercial, los bancos centrales...lo que nos lleva a tomar decisiones basadas en esos aspectos más que mirar las compañías”, advierte Díez que incide en la necesidad de tomar conciencia de que la volatilidad va a vivir con nosotros mucho tiempo. Un entorno en el que es importante volver a los básicos. “Buscar compañías que repartan un dividendo estable a lo largo del tiempo que parte de unos balances saneados y de que su generación de caja les permite pagar parte del beneficio en dividendo y otra parte reinvertirla para seguir creciendo”, asegura el experto de Fidelity. Históricamente este tipo de compañías menos volátiles que, a lo largo de un ciclo económico, se comportan mejor. “El mundo de la renta variable tiene oportunidades infinitas, sobre todo para el inversor que puede asumir algo más de riesgo, pero para aquel más conservador, buscar compañías que tengan una buena rentabilidad por dividendo es una estrategia muy interesante”. Una estrategia que además, desde un punto de vista financiero – fiscal,  también es la más eficiente.

Los tipos bajos o negativos, también pesarán sobre la industria de gestión de activos

Es escenario de tipos ultrabajos está transformando de forma transversal todo: las decisiones de inversión, el perfil de inversión e incluso la propia industria de gestión de activos, sobre la que también se divisa una reducción de comisiones.  Desde Groupama reconocen que su objetivo es tener al cliente durante mucho tiempo “y parece inevitable que en los fondos más conservadores, e incluso monetarios,  tengamos que bajar las comisiones, porque el mercado te está llevando a hacer ese ajuste y quien no quiera hacerlo, perderá dinero”.

 

 

Sin embargo, no hay que olvidar que cuando tu reduces comisiones hay que pensar a qué estas afectando. “La reducción de costes está llevando a que cada vez haya menores (o menos profundos) análisis y será una oportunidad para aquellas gestoras que cuenten con analistas. Es necesario ajustarse pero ¿hasta cuándo?”, se pregunta Esteban.