“Si el pericardio está afectado por enfermedad, la inflamación resultante puede llevar a un exceso de líquido, al mismo tiempo que el líquido también puede acumularse alrededor del corazón sin inflamación, por ejemplo, por una hemorragia después de un traumatismo torácico. En estas situaciones en las que hay un exceso de dicho líquido hablamos de ‘derrame pericárdico’”, explica el doctor Rafael Florenciano, jefe del servicio de Cardiología de Quirónsalud Torrevieja.

Este puede ser peligroso, según prosigue el experto, puesto que ejerce presión sobre el corazón, lo que afecta a su función: “Si no se trata puede producir daños en la función cardíaca y, a veces, la muerte”

Subraya que la sintomatología va a depender de la velocidad de instauración del derrame pericárdico. En los casos en que la acumulación de líquido dice que es muy paulatina, el derrame pericárdico puede pasar desapercibido y no dar síntomas, descubriéndose por casualidad con una radiografía o a través de un ecocardiograma.

Sin embargo, el doctor Florenciano afirma que si el desarrollo del derrame es rápido puede aparecer el llamado ‘taponamiento cardíaco’, un cuadro potencialmente mortal que se produce por compresión del corazón debido al líquido, y que impide la correcta entrada de sangre al corazón.

“La cantidad de derrame pericárdico puede alcanzar hasta los dos litros, algo que compromete la función del corazón, y en consecuencia el paciente se encuentra en una situación clínica complicada”, resalta, a la vez que subraya que se trata de una situación de urgencia que requiere de un drenaje lo antes posible, bien pericardiocentesis o por cirugía, en función de cómo sea ese derrame, su localización y la gravedad del paciente.

SÍNTOMAS

Así, indica que el derrame pericárdico puede darse sin síntomas ni signos, esto sucede cuando el líquido ha aumentado lentamente, si bien si se presentan signos los más frecuentes suelen ser: dificultad para respirar o falta de aire; malestar cuando se está tumbado; dolor en el pecho, generalmente en la parte de detrás del esternón o en el lado izquierdo del pecho; hinchazón en piernas, abdomen o pecho.

“Siempre se debe consultar a un médico si se siente un dolor en el pecho que dura más de unos pocos minutos, si duele al respirar o si cuesta respirar, o bien si se ha tenido un desmayo inexplicable”, subraya.

Sobre sus causas, el cardiólogo de Quirónsalud Torrevieja señala que estas pueden ser “múltiples”, si bien precisa que las más frecuentes son: infecciones víricas; tumores; enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide o el lupus; e insuficiencia cardíaca. “En general, lo que subyace es un proceso inflamatorio que genera líquido en exceso”, apostilla.

A la hora de diagnosticar este “el derrame pericárdico”, el doctor Florenciano indica que son útiles la radiografía de tórax, ya que puede mostrar una silueta cardíaca aumentada de tamaño; o el ecocardiograma, en caso de presencia de líquido en el saco pericárdico, lo mostrará, determinará su localización y se podrá estimar su cuantía; a la vez que apunta que el TC de tórax y la Resonancia magnética permitirán diagnosticar y valorar los derrames pericárdicos.

Precisamente, la Sociedad Española de Imagen Cardíaca recuerda que, curiosamente, el primer diagnóstico que se estableció con la técnica de la ecocardiografía hace más de 30 años fue un derrame pericárdico.

TRATAMIENTO: DEPENDE DEL ORIGEN

Ahora bien, el jefe del servicio de Cardiología de Quirónsalud Torrevieja sostiene que el tratamiento dependerá del origen y, si se cree que es debido a una inflamación por una infección vírica se emplearán antiinflamatorios.

“En el caso del taponamiento se provoca un flujo de sangre insuficiente al organismo. Suele ser mortal por lo que precisa de atención médica de urgencia”, recalca el cardiólogo.

En los casos en que el origen de la pericarditis sea una infección bacteriana, se emplean antibióticos. “Sin embargo, si pensamos que el origen es un tumor o existe taponamiento, hay que extraer el líquido”, sostiene.

¿Cómo drenarlo? El doctor explica que ese líquido pericárdico se puede extraer de dos maneras: La más habitual y rápida es la llamada ‘pericardiocentesis’, que consiste en la extracción del líquido con una jeringa, normalmente guiada con ecocardiograma, cuando la cuantía del derrame pericárdico es importante, o no mejora con el tratamiento farmacológico o provoca síntomas en el paciente.

“En casos recurrentes se emplea la cirugía, realizando lo que se llama una ‘ventana pericárdica’, que consiste en abrir un orificio en el pericardio para que el líquido se dirija hacia la pleura pulmonar, y allí se puede reabsorber. Requiere de anestesia general. En los centros de Quirónsalud contamos con una Unidad de Cardiología con los especialistas en detectar este tipo de problemas cardíacos”, agrega el experto.