Esta situación responde a que la industria televisiva tendrá que abandonar las bandas de frecuencia de 800 MHz para cederlas a los operadores de telefonía móvil, todo ello antes de enero de 2015.

La operación, para el sector de las telecomunicaciones, supondrá la introducción del dividendo digital, sistema con el que las compañías pretenden ampliar su señal celular.

No obstante, el nuevo cambio obligará más de ocho millones de hogares a ajustar sus antenas en los próximos meses para poder ver todos los canales.

Según los cálculos del Gobierno, la resintonización afectará principalmente a edificios, quedando exentas de esta medida las viviendas unifamiliares. Así, cada hogar tendrá que pagar unos 20 euros, lo que llevaría el total de la factura hasta 200 millones de euros.

Actualmente, las televisiones emiten en una frecuencia que abarca desde los 400 Mhz a los 800 Mhz, por lo que tras la ejecución del dividendo digital se quedarían en un espacio más pequeño.

En ese sentido, el secretario de Estado insiste en que esta medida supone una apuesta por la diversidad y la calidad, lo que se traducirá 15 nuevos canales disponibles.