La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que entre un 20 y un 48% de la población adulta sufre en algún momento dificultad para iniciar o mantener el sueño y que en al menos un 10% de los casos es debido a algún trastorno de sueño crónico y grave.

En la imagen el Dr. Emilio Gómez Cibeira
“Sin embargo, -afirma el Dr. Emilio Gómez Cibeira, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo-, la mayor parte de los trastornos del sueño se puede prevenir y/o tratar.” El primer paso sería, en caso de que la situación afecte al descanso nocturno de forma persistente y con repercusión sobre la actividad diaria o sobre la calidad de vida, obtener un diagnóstico en una unidad especializada de Medicina del Sueño. “Uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos -continúa el experto- es el alto porcentaje existente de trastornos sin diagnosticar, lo que genera un círculo vicioso: si no se diagnostica no se trata y si no se trata se corre el riesgo de que se agrave o se cronifique y sea más difícil de tratar”.
 

La primera opción nunca debe ser, como sucede en muchos casos, recurrir al consumo de suplementos cuya seguridad y eficacia no están probadas. Por el contrario, una actuación correcta consiste en identificar si se padece un trastorno del sueño o una enfermedad causante del mismo y qué tipo de intervención requiere.

Según el problema de que se trate y las causas que lo provoquen, el tratamiento será distinto, aunque en muchos combinará tratamientos médicos con consejos sobre higiene del sueño e incluso psicoterapia dirigida al insomnio.

Respecto a los tratamientos farmacológicos, hay que recordar que actualmente existen múltiples opciones, incluso nuevos fármacos aprobados recientemente (2023) con un perfil de seguridad excelente, “sin tener que recurrir siempre a las famosas benzodiacepinas -que suponen actualmente un problema de salud pública en España, dado que somos el país de todo el mundo con mayor tasa de prescripción de estos fármacos”. Igualmente existen tratamientos más “naturales” como la melatonina (recetada y supervisada por un especialista, no confundir con los preparados comercializados sin receta), que puede ser una buena opción en determinados pacientes.

No obstante, no todo son tratamientos para el insomnio, ya que existen múltiples patologías asociadas al sueño que también pueden reducir la calidad a éste, como las apneas (cortes de respiración y falta de oxígeno que se produce durante la noche), el bruxismo (personas que aprietan la mandíbula por la noche con el consiguiente dolor de cabeza y tensión que esto provoca), las piernas inquietas, etc, que requerirán un abordaje especial e individualizado.

Respecto a los consejos de higiene del sueño, se incluyen algunos cambios en los hábitos de vida:

  • Acostarse y levantarse a la misma hora cada día y mantener horarios regulares de comida y de las tareas domésticas y laborales, así como los de las actividades de ocio y deporte.
  • Realizar ejercicio a diario, evitando hacerlo 3 horas antes de acostarse.
  • Exponerse a la máxima luz solar posible, sobre todo durante la mañana y, por la noche, evitar la exposición a la luz azul de los dispositivos electrónicos (ordenadores, móviles, etc.) antes de acostarse.
  • Mantener un ambiente adecuado en el dormitorio, evitando realizar en la cama otras actividades como comer, leer, ver la TV, etc.
  • Evitar el consumo de café después de las 16.00 horas, así como el de alcohol y tabaco por la noche.

Concretamente, “el excesivo uso que hacemos de redes sociales y tecnología, como los móviles, a últimas horas de la tarde/noche, el prime time televisivo que en España se acerca a las 23:00, así como la vida social que, por los trabajos, se desplaza a últimas horas del día, están haciendo que robemos tiempo a nuestro descanso nocturno, y que, por tanto, vivamos cansados durante el día”, explica el especialista.

“Y muy importante, no creer que cualquier tratamiento va a ser adecuado para cualquier trastorno o para cualquier persona, es fundamental individualizarlos, lo cual sólo va a ser posible tras un correcto diagnóstico desde Atención Primaria y siempre en colaboración con una Unidad del Sueño”, concluye el Dr. Gómez Cibeira.