Olympia Quirónsalud ha puesto en marcha la Unidad de Longevidad y la Unidad de Microbiota, respaldadas por la última tecnología y por la experiencia de su responsable, doctora Débora Nuevo, especialista en Medicina Interna, y están diseñadas para proporcionar un enfoque integral y personalizado para la mejora de la salud y calidad de vida. Con los tratamientos más avanzados para la regeneración y el rejuvenecimiento del organismo.
Unidad de Longevidad
La longevidad es una ciencia muy amplia que abarca un abordaje integral de muchas disciplinas médicas, cada una enfocada en diferentes aspectos de la salud y el tratamiento médico. Dependiendo del contexto y de las necesidades de cada persona, la relevancia de estas disciplinas puede variar.
La longevidad puede ser influenciada por una variedad de factores, como la genética, el estilo de vida, la salud y el entorno en el que vive el organismo.
Por ello, la Unidad de Longevidad de Olympia evalúa y promueve el bienestar integral de las personas mediante una medicina basada en la evidencia científica, segura y eficaz.
La unidad, pionera en un centro médico-quirúrgico, ofrece Programas personalizados donde se estudian valores cardiológicos, neurológicos, neumológicos, ginecológicos, urológicos, sexuales, del sueño y el descanso, y hasta emocionales, para poder tener un historial médico completo y exhaustivo con los principales marcadores para preparar así un tratamiento de longevidad.
Mediante programas individualizados de nutrición, suplementación natural, probióticos y prebióticos, terapias de reemplazo hormonal bioidéntico, sesiones de cámara hiperbárica, para aumentar la cantidad de oxígeno disponible en los tejidos y así promover la curación y la regeneración celular; ozono, que tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, utilizado para mejorar la circulación sanguínea, estimular el sistema inmunológico, etc.; o el ejercicio físico y fisioterapia, entre otros, se consigue mejorar los indicadores biológicos vinculados a la edad restaurando la armonía metabólica, el estado de ánimo, la energía y la salud sexual, contrarrestando así los efectos adversos causados por este proceso.
En este sentido, conviene destacar el gran interés suscitado recientemente en el campo del biohacking, potencial para mejorar la salud y bienestar de las personas. Aprender a registrar el cuerpo y la mente para mejorar la salud, aumentar la energía y vitalidad, dormir bien, mantener un peso adecuado, prevenir enfermedades relacionadas con la edad y gozar de una buena calidad de vida a largo plazo.
No solo se centra en revertir los signos externos del envejecimiento, como las arrugas y la pérdida de elasticidad de la piel, sino que también aborda aspectos internos, como la salud celular y el funcionamiento de los órganos. Esto ofrece un enfoque holístico para rejuvenecer el cuerpo desde adentro hacia afuera.
Prueba de ello son los casos expuestos públicamente por Alejandra Marisa Rodríguez, de 60 años y el sorprendente aspecto que posee, 30 años menos, que ha revelado que una de las claves para evitar el envejecimiento es la alimentación sana y orgánica, el ejercicio físico y los hábitos saludables.
O Dave Pascoe, de 61 años cronológicos y cuya edad biológica es de 38 años, debido a su estricto plan de vida: sin madrugar, sin alarmas, sin estrés y alimentándose de latas de conservas, gambas, aguacates, ensaladas y frutas.
Microbiota y longevidad
Una buena nutrición, deporte constante, buenos hábitos de vida, la prevención y la promoción de la salud son factores clave para maximizar la vitalidad y contribuir a una vida más larga y saludable.
Pero también la microbiota es claramente un factor importante en el proceso de envejecimiento.
Por este motivo, la Unidad de Longevidad de Olympia reconoce la importancia de mantener un equilibrio saludable de la microbiota intestinal para promover la salud a largo plazo.
Así, el principal objetivo de la Unidad de Microbiota de Olympia Quirónsalud es poder conocer el estado actual de la microbiota de cada uno de los pacientes para restaurar su equilibrio.
Mantener una microbiota equilibrada puede promover la salud y la longevidad al reducir el riesgo de enfermedades crónicas relacionadas con la edad. Ese complejo entramado de bacterias, virus, arqueas y hongos que habitan en el organismo, es esencial para el sistema digestivo y para el sistema inmunológico, para el metabolismo y para la salud mental (depresión, ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria, etc.).
Los billones de microorganismos diferentes que conforman la microbiota interactúan en distintas partes del organismo, colaborando entre ellos y produciendo distintos beneficios que contribuyen significativamente tanto a la salud de la piel como al bienestar del aparato digestivo y genital, entre otros.
El estrés en el que vivimos inmersos, tanto físico (por enfermedades, falta de sueño, malos hábitos dietéticos), como emocional o laboral, resta salud a la microbiota y años de vida a las células. El estrés promueve un estado pro-inflamatorio, dando lugar a un desequilibrio en la microbiota. También estimula la liberación de hormonas de estrés como el cortisol y de citocinas pro-inflamatorias. Esto lleva a un estado de Inflamación de bajo grado crónica que es un factor determinante en el envejecimiento. De ahí surge el nuevo término acuñado como “Inflammaging”, inflamación = envejecimiento.
Esta inflamación favorece el incremento de radicales libres que genera un estado oxidativo, clave para el acortamiento telomérico. Los telómeros son estructuras protectoras ubicadas en los extremos de los cromosomas, y su longitud se considera un marcador importante del envejecimiento celular.
A mayor estrés, más inflamación y más acortamiento telomérico, que se traduce en menor vida para nuestras células.
En la Unidad de Longevidad se evalúa tanto la edad biológica como la longitud de los telómeros para comprender mejor la salud y el riesgo de enfermedades de los pacientes. Esto permite diseñar intervenciones personalizadas para promover la salud celular y retardar el proceso de envejecimiento.
Un estudio liderado por científicos españoles ha analizado la relación entre una microbiota sana y mayor longevidad y demuestra que la bacteria Akkermansia aumenta la esperanza de vida. Con la edad aumentan las bacterias proinflamatorias y potencialmente patógenas como las proteolíticas y los bacteroides, disminuyendo otras antinflamatorias como la Akermansia. Esto lleva a un aumento del estrés oxidativo y del estado de inflamación crónica, que es el elemento principal del envejecimiento.
Ahora se sabe que la microbiota intestinal puede ser una herramienta de diagnóstico de salud en el envejecimiento y lo que es más importante, una diana de intervención para promover un envejecimiento saludable.