En efecto, luego de una última semana de mayo en neto incremento, alentada por el retorno de un cierto optimismo en el plano económico, la bolsa neoyorquina comenzó junio despertando a sus viejos demonios: los temores de dificultades aún mayores en el sector bancario.Primero fueron los temores sobre una desestabilización creciente de los principales establecimientos bancarios, con el pequeño banco británico Bradford & Bingley, que cayó en la bolsa de Londres, luego de emitir una advertencia sobre sus resultados.A ello se agregó la partida de directores de bancos estadounidenses, como consecuencia de errores cometidos en el sector de créditos inmobiliarios a riesgo, entre ellos Ken Thompson, presidente ejecutivo de Wachovia (-1,68% a 23,40 dólares) y Kerry Killinger, presidente del consejo de administración de Washington Mutual (-0,22% a 9,00 dólares).Se sumó además a la inquietud,
la decisión de la agencia de calificación financiera Standard and Poor's de bajar un nivel la nota de los bancos Lehman Brothers, Merrill Lynch y Morgan Stanley, cuyos valores bursátiles cayeron como consecuencia, en 8,10%, 2,96% y 2,55% respectivamente.La contracción menos pronunciada que lo esperado de la actividad industrial estadounidense en mayo no fue suficiente para devolver la dinámica al mercado. El índice ISM se situó en 49,6% (un nivel inferior a 50% marca un descenso de la actividad), cuando los analistas lo situaban en 48,5%.El mercado bursátil se benefició con el retroceso de la bolsa. El rendimiento del bono del Tesoro
a 10 años bajó a 3,971%, contra 4,046% en la noche del viernes, y el de los títulos a 30 años a 4,679%, contra 4,707%. El rendimiento de las obligaciones evoluciona en sentido opuesto a sus precios.