El cambio se debe a las débiles condiciones económicas, con menor visibilidad, y al impacto de la intensa competencia en los márgenes operativos de Vodafone, explicó O' Brien, quien añadió que la compañía se ve afectada, directa e indirectamente, por las decisiones regulatorias que afectan a la interconexión y al 'roaming'.

El analista advierte de una mayor exposición al riesgo para el operador en el país como resultado de las nuevas adquisiciones y de que el flujo libre de caja se ha comprometido en "gran medida" a la retribución a los accionistas.

A pesar de esto, O' Brien considera que la calificación de Vodafone sigue estando apoyada en el liderazgo industrial del grupo, en su escala de operaciones geográficamente diversificada, en la buena generación de caja subyacente y en su flexibilidad financiera.