as recientes acciones negativas sobre las calificaciones soberanas de España, Grecia, Portugal e Irlanda reflejan el alto grado de susceptibilidad de sus economías a un endurecimiento de los canales externos de financiación.  "En nuestra opinión, durante los últimos cinco años estos cuatro miembros de la Unión Monetaria Europea han perdido competitividad respecto a sus competidores europeos, provocando un aumento de sus desequilibrios", indicó S&P.

De este modo, la agencia considera que, a falta de unos regímenes de tipos flexibles, trasladará la responsabilidad del ajuste a la economía doméstica. De ahí que los niveles de precios y salarios a nivel nacional deban crecer por debajo (o la prioductividad aumentar más) del nivel de sus socios comerciales de cara a permitir que estas economías mejoren su competitividad en el marco de la unión monetaria.

Por otro lado, S&P afirmó que las economías de Australia, Austria, Canadá, Francia, Dinamarca, Alemania, Holanda, Suecia, Suiza, Reino Unido y EEUU cuentan con una sólida posición para capear las dificultades económicas y mantener su elevada solvencia pese a las intensas presiones sobre sus sistemas financieros domésticos.

En los últimos días, S&P confirmó la máxima calificación crediticia a largo plazo para Australia, Austria, Canadá, Finlandia, Francia, Dinamarca, Alemania, Holanda, Suecia, Suiza, Reino Unido y EEUU. Por el contrario, la agencia recortó el rating de Grecia, mientras que revisó a la baja la perspectiva de la calificación de Nueva Zelanda e Irlanda y colocó en vigilancia con implicaciones negativas a España y Portugal.