Este ajuste del sector de la construcción en España irá acompañado por los efectos derivados de la crisis financiera internacional, que ha puesto punto final a la financiación "barata y abundante" que determinó el modelo de crecimiento nacional basado en el ladrillo. La firma de calificación crediticia y análisis insiste además en que la economía española es "especialmente vulnerable" a las restricciones de crédito teniendo en cuenta su elevada dependencia de la financiación externa, tal y como demuestra su elevado déficit por cuenta corriente, que supone el 10% del PIB.S&P explica que las perspectivas inmobiliarias en España se han empeorado significativamente por el hecho de que
durante los últimos ocho años las construcciones de vivienda han excedido los niveles requeridos por la evolución demográfica, lo que ha dado lugar a un importante stock de casas sin vender. S&P calcula que existen cerca de un millón de viviendas sin vender en España
, de las que la mitad son de nueva construcción, desequilibrio al que se suma la cada vez menor demanda de segunda vivienda por parte de extranjeros, circunstancia que se ve agravada por el deterioro del cambio de la libra esterlina respecto al euro.LOS EFECTOS DE LA RALENTIZACIÓN, "EXTREMOS"Ante este escenario, y que teniendo en cuenta que el sector de la construcción supone el 15% del Producto Interior Bruto (PIB) y daba empleo a más de 2,7 millones de trabajadores en el ejercicio 2007, los efectos de la ralentización serán "extremos". La firma resalta también que la subida del desempleo, que alcanzó el 10,4% en el segundo trimestre, se ha producido en la "fase inicial" de la desaceleración de la actividad de la construcción, y recuerda que los precios de la vivienda están sobrevalorados en un 30% según el Banco de España.