El Gobierno de Italia luchaba este fin de semana para presentar unidad y defender al ministro de Economía, esperando contener los miedos del mercado que detonaron una venta de acciones y de bonos italianos al final de la semana pasada. La ola de ventas, impulsada en parte por los miedos a que el ministro de Economía Giulio Tremonti pueda ser forzado a renunciar, elevó los temores a que un contagio de las crisis de otros países pueda llegar hasta Italia y activó las alarmas en la Unión Europea, el BCE y el Banco de Italia, ya que el actual fondo de rescate de la Unión Europea no es suficientemente grande para proteger a Italia porque nunca fue diseñado para eso…

De hecho, es una señal muy importante del carácter puramente político de la corrección italiana el hecho de que los bonos italianos han tenido un comportamiento (-9%) mucho mejor que los otros periféricos (han caído de un -16% a un -65% frente al Bund). La aparatosa y urgente reunión de Van Rompuy lo confirma.

Y es que la crisis periférica está dando muy interesantes oportunidades de compra a corto plazo en cada una de sus reediciones. Desde el inicio de la crisis Italia ha mostrado una correlación importante con otros periféricos como Grecia, Portugal, Irlanda y España, a pesar de que el PIB de Italia crecerá este año en la media Europea, muy por encima de otros periféricos. Si a ello le añadimos el hecho de que el déficit italiano es el cuarto más bajo de Europa (3.9%) y que los Italianos son ahorradores netos (la deuda de los consumidores /PIB es de solamente un 39% frente el 84% de España), hay que concluir que Italia no está tan mal como apuntan algunos analistas.

Del lado hipotecario, en Italia las hipotecas están referenciadas a los tipos a largo, al contrario que en España, donde el 95% se vinculan a la evolución de los tipos a corto, por lo que para los italianos, ahorradores y/o hipotecados, las subidas de tipos tienen un efecto positivo.

Podemos aprovechar por lo tanto el injusto castigo a Italia para tratar de anotarnos una plusvalía, mediante la compra de algunos valores concretos como Eni, ENEL o incluso bancos como Intesa San Paolo; o bien aprovechar que la composición sectorial de su bolsa es un 20% bancos, 20% energía y 20% utilities (frente a Grecia o España, en cuyos índices los bancos pesan un 50%) y comprar directamente el índice. Italia es además el segundo país más barato de Europa, y tiene un interesante dividendo medio del 5.2%.

Una estrategia más conservadora sería combinar posiciones largas en el MIB contra cortos en España, Grecia y Portugal.

Estrategias en definitiva para rentabilizar unos recortes que responden a criterios políticos y han llevado a las acciones italianas a tocar fondo, dejando la bolsa Italiana a precios casi griegos, aunque con mejores fundamentales y unos bancos ya recapitalizados o en dicho proceso.