Northern Rock, con sede en Newcastle (noreste inglés), fue rescatado por el Banco de Inglaterra el pasado septiembre, con una deuda de 24.000 millones de libras (unos 32.000 millones de euros), para evitar su quiebra a raíz de la crisis crediticia global. Actualmente, se calcula que el contribuyente británico lo está subsidiando con créditos y garantías por valor de unos 55.000 millones de libras.Según los analistas, con la nacionalización, dado el elevado pasivo actual del banco, la factura para el erario público puede ascender a 110.000 millones de libras
. En todo caso, Sandler, que cobrará un sueldo mensual de 90.000 libras, defendió la nacionalización al asegurar que no se trata de "llevar al banco a la extinción" sino de aportarle "estabilidad" y convertirlo en un negocio rentable.El alto ejecutivo, conocido por haber salvado en los años noventa a la aseguradora Lloyd's de Londres, amenazada por multimillonarias demandas de damnificados por el asbesto, adelantó que planea llevar a cabo una política lo más agresiva posible dentro de las normas de la Unión Europea sobre ayuda estatal. Aunque quiso trasladar a los 6.000 trabajadores de Northern Rock un mensaje "positivo", no concretó si su estrategia de reflote del banco conllevará despidos.Preguntado sobre cuánto tiempo calculaba que la entidad estaría en manos de la Administración pública, admitió que contemplaba un periodo de "varios años", ya que hablar solamente de meses sería "poco realista".Antes de su comparecencia, el primer ministro, Gordon Brown, defendió en una rueda de prensa la nacionalización de Northern Rock, muy criticada por los conservadores, como la decisión "correcta" en el momento "correcto", tras haber descartado por poco beneficiosas las dos ofertas de compra presentadas por el sector privado.