2026 es el horizonte sobre el que fijarse en este momento. y la gran pregunta es si algunas de las tendencias presentes en el actual ejercicio se repetirán, aunque en un contexto macro claramente diferente, solo con lo que proyectamos hasta ahora. Hablamos de tipos que ya han bajado y que tendrán, a decir de los expertos, un límite en las caídas, siempre con permiso de lo que suceda con el crecimiento estadounidense, mirando siempre al débil empleo y la potencial evolución de los precios, de la inflación, que tanto preocupa a medio plazo en la Fed. 

Con estos mimbres, Raquel Blázquez, subdirectora en la Dirección de Inversiones de Gestión de Carteras en Ibercaja Gestión, analiza con detalle el panorama macroeconómico de 2026 y las claves estratégicas para construir carteras sólidas en un entorno marcado por la incertidumbre, la inteligencia artificial y los nuevos focos geopolíticos.

Y pone sobre la mesa 3 de los que considera motores para el próximo ejercicio: hablamos de Tecnología Salud y Consumo. Además, destaca que son cuatro los factores a tener en cuenta y que apuntalarán el crecimiento esperado para 2026, de entre el 3 y el 3,3% de forma global. 

Se trata de consumo privado, impulso a la inversión, políticas monetarias y fiscales y desregulación. 

En este momento uno de los planteamientos que ponemos sobre la mesa es el siguiente: ¿Está cara la bolsa americana? No como piensas. Comparándola con Europa. Es la pregunta que se hace Carlos Arenas, responsable de fondos de Ei, mientras la respuesta es que quizá no lo está tanto analizando los datos. 

Destaca que sobre todo, aunque el otro lado del Atlántico está más caro, también es más rentable y menos dependiente del ciclo económico. Todo ello, mientras señala que Europa, en cambio, sigue lidiando con estructuras empresariales más rígidas, presión regulatoria elevada y una tendencia secular a la pérdida de competitividad frente a Asia y América. Su menor PER no siempre refleja una oportunidad: a menudo refleja una prima de riesgo estructural.    

Otra de las grandes preguntas es saber dónde inviertes cuando inviertes en Estados Unidos. es decir, si las compañías americanas son químicamente puras, es decir con DNI estadounidense, no tanto por su pasaporte sino porque buena parte de su negocio proviene del exterior. 

Aún así, con la tecnología en ciernes, nos fijamos en un fondo quality con criterio:  el Altex Quality del que nos habla Enrique Bailly-Baillière, director general de Altex AM, indicando que para que una compañía sea considerada como tal, debe cumplir unos requisitos mínimos de robustez que le permitan ser estable y durable a lo largo del ciclo económico.

Destaca que buscan empresas de mercados desarrollados y con divisas relativamente estables, compañías que deben presentar una alta rentabilidad y beneficios estables y visibles con crecimiento de negocio sostenido y bajo endeudamiento. Y un criterio, en este caso, añadido, dentro de un marco de 1.000-1.500 compañías seleccionan las 300 de mayor capitalización. 

Y si hablamos del gran representante, NVIDIA, hay que fijarse en sus 'amigos', sus proveedores.  TSMC representa un elevado porcentaje de la producción de chips de Nvidia, una cifra que deja poco margen para alternativas en caso de disrupción. 

Pero también de sus clientes, ya que NVIDIA depende en gran parte de un grupo reducido de gigantes tecnológicos que compran sus chips para centros de datos e inteligencia artificial. Hablamos de Amazon (AWS), Microsoft (Azure), Google (GCP) y, más recientemente, Meta o Tesla. Los últimos informes indican que más del 40% de los ingresos de NVIDIA provienen de sus cinco principales clientes.

Y aquí, el gran problema que se plantea es la posibilidad de que uno de ellos falle, o funcionen como una cadena, de repercusiones inimaginables para la empresa más capitalizada del mundo. 

Respecto de los ETFs, otra de las posibilidades si queremos variar nuestras carteras, incluso los activo. Desde Columbia Threadneedle destacan una gama llamada QR Series, una familia de ETFs UCITS que se atreve casi a llevarle la contraria al índice. Por cierto, el nombre de QR (como los Quick Response) tiene un guiño obvio a estos códigos: transparencia, rapidez, etc. Y que pueden convertirse en el nuevo corazón de estas carteras. 

Otra de las posibilidades radica en el Carmingnac Flexible Bond, y su co-gestor Eliezer Ben Zimra. Se trata de un vehículo que se apoya en un enfoque de renta fija flexible global, con la capacidad de invertir en todos los segmentos del universo de bonos.

La esencia del fondo, reside en tres pilares que definen su rendimiento y carácter diferenciador: una asignación de activos amplia y diversificada, una gestión dinámica de la duración y una delegación experta en los bloques de crédito y mercados emergentes; es decir, un equipo muy bueno y con gran experiencia.

Respecto de la asignación de activos, combina posiciones en bonos soberanos tanto de mercados desarrollados como emergentes, junto a emisiones de crédito —incluyendo deuda financiera con grado de inversión— y una exposición limitada al crédito estructurado de hasta el 10%.

Además, de este primer pilar, se suma la gestión del riesgo de tipo de interés, con un rango de duración que puede oscilar entre -3 y +8, lo que les permite adaptarse de forma flexible a los distintos entornos de mercado, y, el tercero, radica en la colaboración con equipos especializados. 

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