¿Cuál es vuestra visión macroeconómica de 2025 y qué variables consideráis más determinantes a la hora de construir las carteras para el próximo año?

La verdad es que todo 2025, las previsiones y estimaciones macroeconómicas, desde que salió Trump anunciando las tarifas y los aranceles recíprocos, ha estado muy mediatizadas por ese impacto, las repercusiones que pudieran tener esos aranceles en el comercio mundial y por ende en las métricas de crecimiento económico y de inflación. 

Sí que hemos visto que, a priori, todo lo que se esperaba que iba a tener un impacto muy significativo, finalmente dicho impacto ha sido menor, y de hecho, en las últimas semanas, prácticamente desde septiembre a octubre, hemos tenido organismos importantes, como la OCDE y el Fondo Monetario Internacional, actualizando sus previsiones e, inclusive, mejorando las estimaciones. A ello se une que los indicadores adelantados que estamos conociendo para este cuarto trimestre apuntan una continuidad de esa solidez y de esa resiliencia económica para este último periodo del año. 

Y ya estamos todos con la vista puesta de cara a 2026. Y la verdad es que pensamos que en 2026 el contexto macro todavía va a mantener una tasa de crecimiento saludable, en el rango del 3%-3,3%, fundamentalmente apoyado en cuatro pilares

  1. El primero de ellos, sería la fortaleza del consumo privado, soportado por unas dinámicas de mercado laboral saludable.
  2. Otra métrica que va a impulsar y va a apoyar el crecimiento económico es todo el tema de la inversión. Todas las inversiones en CAPEX propiciadas por inteligencia artificial y no solo por inteligencia artificial, sino también por toda la temática de seguridad y defensa. Eso va a apoyar también el crecimiento económico.
  3. A su vez debería apoyar también ese dinamismo macroeconómico, la implementación de políticas monetarias y fiscales expansivas
  4. Y finalmente, como cuarto punto importante, es el entorno más laxo y positivo de desregulación, tanto en Estados Unidos como en Europa.

Por lo tanto, estos cuatro factores, consumo privado, impulso a la inversión, políticas monetarias y fiscales y desregulación deberían ser los que apuntalarían ese crecimiento económico para 2026. 

¿Cómo lo aterrizamos a nivel de carteras? La verdad es que nosotros no queremos perder el foco de nuestras principales temáticas de inversión. En las carteras lo que queremos es buscar temáticas que nos den exposición a unas tendencias transformadoras que nos aporten crecimiento económico y crecimiento de beneficios, casi con independencia de la fase macroeconómica en la que estemos y ahí detectamos tres temáticas importantes:

  1. Una de ellas es la tecnología con todo lo que lleva ese ecosistema.
  2. Otra temática es todo lo relacionado con el mundo de la sanidad y la longevidad, con todo lo que estamos viendo de aumento de esperanza de vida, etcétera, y las implicaciones que tiene.
  3. Y otra temática es el consumo, el crecimiento del consumo, sobre todo con la vista puesta en el mundo emergente. 

En definitiva, queremos mantener el foco en esas temáticas y queremos tener sobre todo flexibilidad y adaptabilidad para llevar a cabo las modificaciones necesarias en los posibles momentos tácticos o cambios que haya que hacer adaptándonos al entorno de mercados.

En un entorno todavía marcado por incertidumbre geopolítica y monetaria, ¿cómo estáis ajustando vuestros modelos de riesgo y qué cambios habéis introducido en la asignación táctica?

Creo que el factor geopolítico, el riesgo geopolítico es algo que ha venido para quedarse. Siempre ha estado, pero quizás sí que es cierto que en los últimos años con mayor presencia. Y eso hace que en nuestro marco de apetito al riesgo interno de nuestra gestora haya una métrica que se ha incorporado para medir ese riesgo geopolítico y más que medirlo, monitorizarlo de cara a los impactos que puede tener en mercados financieros y cómo puede impactar en los otros riesgos. 

Y ¿qué hemos hecho? ¿Qué ajustes tácticos hemos hecho o hemos venido haciendo? Yo diría que varios. Hemos hablado antes de las temáticas principales de inversión, pero no son las únicas, y hemos hablado de esa flexibilidad y adaptabilidad en la gestión.

  • Adaptándonos a este entorno de incertidumbre, en aquellas carteras en las que ha sido posible y hemos podido implementar la estrategia de forma pura, hemos entrado en metales preciosos, fundamentalmente en el oro. Eso yo creo que ha sido una estrategia de adaptabilidad, un movimiento táctico. 
  • También hemos incorporado temáticas más defensivas, como puede ser la temática de dividendos. En un entorno de incertidumbre, aquellas compañías con fortaleza de balance y que tienen capacidad de repartir o de distribuir dividendo al accionista, generalmente suelen tener un comportamiento más sólido, más solvente. Por lo tanto, hemos incorporado esas estrategias de dividendos. 
  • De igual modo también hemos ganado exposición a temática de activos reales líquidos, cotizados. En concreto lo hemos implementado a través de la inversión en infraestructuras y en compañías de inmobiliario cotizado. 
  • Y finalmente en los perfiles de mayor riesgo, porque es un sector más cíclico, hemos incorporado el sector financiero. Es cierto que los bancos centrales están llevando a cabo políticas monetarias acomodaticias, bajando tipos de interés, pero creemos que, en el caso, por ejemplo, del Banco Central Europeo, el suelo puede estar en el entorno del 2% o como mucho, habrá una o dos bajadas más; y en el caso de la Reserva Federal, que el suelo de tipos pueda estar en el entorno del 3%. Este entorno es positivo para un sector financiero, que ha sabido convivir y sobrevivir, no hace muchos años, con tipos de interés negativos.

En definitiva, todos ellos son los principales ajustes tácticos que hemos llevado a cabo en las carteras.

¿Qué papel ha jugado la diversificación en vuestras carteras de este 2025 y en qué clases de activo o geografías veis hoy una mejor relación riesgo-rentabilidad?

Creo que el 2025 ha sido un año  muy lineal y con subidas generalizadas, pero ha tenido momentos de fuerte volatilidad y ha habido mucha rotación entre geografías y entre sectores

Insisto en que en 2025 ha sido clave esa flexibilidad y adaptabilidad. Podemos poner ejemplos para ilustrarlo. Recordamos cuando Alemania anunció su plan de inversiones en marzo provocando un repunte en las rentabilidades del bund alemán. Aprovechamos ese tensionamiento y tomamos posición en deuda soberana; si bien prácticamente no tenemos posición en deuda soberana, pero ahí, de manera táctica, entramos en el activo. Y otro buen ejemplo fue cuando se produjeron las fuertes caídas a raíz de los anuncios de los aranceles de Trump, entre marzo y abril, aumentamos peso en renta variable y lo redujimos entre mayo y junio. Por lo tanto, yo creo que esos dos ejemplos, nos dan una idea de esa flexibilidad. 

Y a nivel geográfico, hablábamos de rotación, y realmente, ha habido movimientos significativos. Comenzábamos el año con Europa liderando los mercados y Estados Unidos y emergentes más retrasados. Y ahora Europa se ha quedado más estable, Estados Unidos ha tomado la delantera, China lo hizo muy bien entre agosto, septiembre y parte de octubre... En definitiva, lo que vemos es la importancia de tener carteras diversificadas, porque el mercado se va moviendo y hay que estar posicionado de manera global. 

Y esto que digo de rotación geográfica, también lo podemos aplicar a los sectores. Así, a principios de año la tecnología tuvo su momento titubeante por el tema de DeepSeeck, pero en los últimos meses ha reaccionado y lo está haciendo muy bien; junto con el sector financiero. Por su parte, el sector sanidad se ha quedado más retrasado, pero sí que es cierto que en el último mes, y ahora en lo que llevamos de noviembre, lo está haciendo bien. Con todo ello, vemos que esa diversificación acaba aportando valor a las carteras.

Y de cara a 2026, ¿dónde vemos valor o riesgos, retornos atractivos? A nivel geográfico, seguimos pensando que merece la pena, tener mayor exposición a Estados Unidos. Pensamos que la fortaleza del consumo privado, junto con las mayores inversiones en CAPEX, que están impulsadas también por la nueva ley fiscal de Trump, que está haciendo que se estén adelantando e incentivando esas inversiones. A ellos se suma la política monetaria acomodaticia o más acomodaticia, por parte de la Reserva Federal. Y finalmente el entorno de mayor desregulación, estimamos que genera una buena base, un buen fondo de mercado, para que esa economía lo haga bien, creciendo en torno al 2%, y que eso se traslade a los beneficios empresariales para los que estamos pronosticando crecimientos del 10-14%. Por lo tanto, es una geografía en la que nosotros estaríamos con mayor peso de cara al 2026. 

A nivel sectorial, reiterarnos en las temáticas que venimos comentando. Y, sobre todo, de esas tres temáticas principales, hay dos de ellas que se han quedado más retrasadas en valoración, como son sanidad y consumo, y en ellas es en las que pondríamos un poquito más el foco.

¿Dónde detectáis las oportunidades más atractivas para el próximo año y qué criterios utilizáis para integrarlas en las carteras?

Las oportunidades más atractivas de cara al 2026, ya las hemos dicho ligeramente. Estados Unidos y los sectores que citaba antes, tecnología, sanidad y consumo, pero fundamentalmente, sanidad y consumo, porque se han quedado más retrasados en valoración. 

Y, luego, otra geografía, que es un poquito más satélite, porque tiene menos peso todavía, pero que pensamos que está cotizando en niveles muy atractivos de valoración, es todo lo referente a emergentes con foco en Asia, especialmente China. La economía china tiene unos retos a nivel macroeconómico, pero pensamos que las valoraciones ahí están. Es uno de los mercados más atractivos y más baratos, y ahí nosotros también tenemos exposición. A su vez es donde también hay más crecimiento a nivel global, con la economía creciendo en el entorno del 4,5%-5%, que si bien está por debajo de sus niveles de crecimiento de la última década, ya nos gustaría alcanzar esas cotas de mercados desarrollados.

En conclusión, a nivel geográfico tendremos foco en Estados Unidos, en emergentes con especial preponderancia de China, y Europa también tendremos exposición, pero en menor medida, ya que le vemos menos margen de crecimiento y de revalorización. Y en sectores, reitero lo que comentaba anteriormente. 

En cuanto a los criterios para integrar estas ideas en las carteras, yo creo que hacer mucho foco en el análisis de los instrumentos; porque nosotros que trabajamos mayormente con fondos de inversión, tenemos que analizar muy bien lo que hay debajo del fondo. Por ejemplo, hay muchos que son globales, y por ello tenemos que analizar exactamente cuál es la exposición geográfica y sectorial de ese instrumento, y si realmente nos aporta en el conjunto y en la globalidad de la cartera para obtener esa diversificación y descorrelación de la que hemos venido hablando.

¿Cómo valoráis actualmente los diferentes mercados financieros y creéis que las valoraciones permiten ser constructivos en 2026?

Para hacer una valoración del momento actual de mercado, pues, diríamos que es un momento excelente por comportamiento de los diferentes activos financieros. Estamos a punto de cerrar el año, y yo creo que, “ceteris paribus”, si mantienen las condiciones actuales de aquí a final de año, podemos decir que 2025 aparecerá en los rankings como uno de los buenos años de mercados financieros, tanto para la parte de renta fija y para la parte de renta variable. Sí es cierto, que para el inversor europeo, que invierte en estrategias globales, si han estado denominadas en dólares, como es lo habitual, y no se ha cubierto la divisa, la depreciación del dólar vs euro del 11-13% ha penalizado la rentabilidad en euros; por lo que la sensación puede ser algo agriduce.

También es cierto que hay valoraciones y algunos sectores o temáticas en las que sigue habiendo mucha concentración, y por ello hay que introducir un warning, un aviso de cuidado, y tener la cautela de no perder y tener en el horizonte esa búsqueda de diversificación y descorrelación de la que siempre estamos hablando. 

En cuanto a las valoraciones, pensamos que, efectivamente, si miramos al PER del próximo año (2026) del S&P 500, es superior a 20 veces, está en el entorno de 22 veces. Pero sí que es cierto también que si miramos las métricas de ROE, de margen de beneficios, del mercado americano versus otros mercados, y voy a poner como ejemplo principal el mercado que tenemos más cerca, que es el europeo, pues, por ejemplo, el mercado americano está con un ROES del 21%, por encima del 20%, mientras que el mercado europeo está en el 14%-15%. Y atendiendo a los márgenes de beneficios, el mercado norteamericano en el entorno del 15%, si bien el mercado europeo los tiene en el 10%. Es decir, por algo se cotiza también esa prima de valoración, ¿no? Entonces, sí es una valoración exigente, pero nosotros vemos que hay motivaciones que lo apoyan detrás. 

Y tradicionalmente también leía estos días que todos los estrategas están sacando sus previews, sus previsiones para 2026. Leí un informe el otro día de una gran casa americana, Morgan Stanley, que venía diciendo, que en años en los que la política monetaria es acomodaticia, como es el caso actual en Estados Unidos, y si hay factores macroeconómicos que lo apoyan, como ese crecimiento económico, crecimiento de beneficios, esa mayor inversión, esa desregulación de las que hemos hablado… Pues, que a pesar de que las valoraciones hayan sido más exigentes, todavía le quedan recorrido a los índices.

¿Qué ofrecéis desde Ibercaja Gestión a vuestros clientes para ayudarles a navegar este entorno, y qué diferenciales competitivos destacáis en vuestra propuesta de gestión de carteras?

Hay varios factores

  • El primero diría equipo humano. Un equipo humano con una larga experiencia y un track record importante en diferentes entornos de mercado. Yo recuerdo que, yo siempre digo que, una de las principales lecciones a nivel profesional fue atravesar y estar gestionando en la gran crisis financiera del 2008. Y yo creo que ahí fue para todos nosotros una gran enseñanza y podemos decir que salimos reforzados porque hubo momentos de fondos cerrados... Y nosotros en Ibercaja Gestión pudimos dar liquidez en todo momento. Quiero decir que hemos gestionado en distintos momentos, muchos de ellos complicados, y esa parte de equipo humano con experiencia, track record y, además, reconocido por la industria, es un factor muy importante. 
  • Otro factor es la cercanía. Nuestro tamaño nos permite tener flexibilidad para llegar a todos los territorios y para estar cerca del cliente acompañándolo en los momentos más difíciles de mercado. Todos los compañeros de la gestora, como mi propio equipo de gestión de carteras, ahí estamos acompañando bien a nuestros compañeros, gestores comerciales de banca privada, de banca personal o bien inclusive al cliente. Yo creo que eso es un factor diferencial. 
  • Y cómo no, para nosotros es muy importante pertenecer al grupo Ibercaja. La solvencia de una entidad que el año que viene haremos 150 años de historia con lo que ello supone. Atravesar muy diferentes contextos de mercado con muchísimas dificultades e incertidumbres geopolíticas y de todo tipo. Eso también te da una garantía de estabilidad y saber hacer y gestionar de cara al cliente.
  • Y finalmente dentro de lo que es la gestión de carteras, el factor diferencial, ahora que en todos los medios es noticia que el foco de las entidades en gestión de carteras, pues, yo creo que Ibercaja e Ibercaja Gestión, llevan poniendo el foco en la gestión de carteras desde hace muchos años. Con lo cual, ahí somos de las entidades que podemos decir que tenemos más historia y más experiencia, más track record ofreciendo este servicio. Por lo tanto, pienso que también eso es una garantía de saber hacer y de saber navegar en entornos inciertos. 

¿Cuáles consideráis que serán los mayores retos para la gestión en 2026 y cómo se está preparando vuestro equipo para afrontarlos?

De cara a 2026 podemos tener varios retos:

  1. Uno de ellos es que los riesgos que no se han materializado en 2025, se puedan acabar materializando. Y por ello, siempre tenemos que estar muy atentos monitorizando mercados. 
  2. Hay que seguir el tema de la concentración de mercado, que es un riesgo latente que estamos teniendo en los últimos años y que es algo de lo que tenemos que ser conscientes y monitorizar. 
  3. Y luego, el hecho de que podemos estar en un entorno de reducción de rendimientos, tanto en la parte de renta fija, como a lo mejor en la parte de renta variable, de menores rentabilidades esperadas o menores rendimientos, y cómo navegar en ese entorno. 

Para eso, ¿cómo nos está preparando o cuál es la receta? Diría que trabajo continuo. No hay una receta mágica. La receta es que esto es una carrera de fondo. Hay que invertir tiempo y recursos, hay que estar todos los días analizando, teniendo reuniones, leyendo informes, viendo gestores, analizando instrumentos... Y ese análisis y estudio continuado es lo que finalmente permitirá sembrar para que esas inversiones acaben dando sus frutos. Pero es el trabajo constante y no perder de foco los temas de lo que hemos venido hablando: la diversificación, la descorrelación y esa posibilidad de que podamos hacer una gestión activa y flexible para adaptarnos a los distintos entornos de mercado. 

Y finalmente, como siempre, el reto también es no dejarnos llevar por el ruido del mercado. Porque muchas veces tienes muchos ruidos que te pueden distorsionar, pero hay que mantener el foco y tratar de ser objetivo, abstraerte y centrarte en el análisis para ofrecer la mejor rentabilidad ajustada al riesgo de cada cliente.

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