Obama confirmó que GM tendrá sesenta días y Chrysler treinta para "reestructurase fundamentalmente" de forma que el Gobierno estadounidense pueda invertir más dinero público en las dos compañías, que ya han recibido 17.400 millones de dólares desde el pasado mes de diciembre. Así mismo el Presidente considera que la bancarrota podría ser necesaria para solventar la situación.

Obama dijo que, "después de una cuidadosa revisión, Chrysler necesita un socio para seguir viable" y que el gobierno de Washington ha llegado a un acuerdo "para asegurar que Chrysler paga a los contribuyentes cualquier nueva inversión" antes de que Fiat se haga con una participación mayoritaria en la empresaEn una comparecencia pública para presentar sus planes para el sector del automóvil, que incluye la renuncia ya presentada del presidente de GM, Rick Wagoner, Obama indicó que la supervivencia Chrysler es "más difícil" que la de GM.

El presidente estadounidense destacó que "no podemos, no debemos y no permitiremos que nuestra industria del automóvil simplemente se desvanezca" porque es "un emblema del espíritu estadounidense" y símbolo del futuro éxito del país. Obama también apuntó que el sector tiene que sostenerse a sí mismo y no depender del dinero de los contribuyentes, por lo que solicitó a ambas compañías la toma de "difíciles decisiones".

Obama también se refirió a la posibilidad de que los dos grandes fabricantes se declaren en bancarrota, si bien especificó que sería con "el respaldo del Gobierno de EEUU" para "rápidamente limpiar el camino de viejas deudas que les están hundiendo". Tras decidir que los planes iniciales presentados por GM y Chrysler el pasado 17 de febrero "no son suficientes para merecer los nuevas inversiones sustanciales que estas compañías están solicitando", Obama dijo que Washington proporcionará a GM dinero para que funcione durante 60 días.

Durante ese tiempo, GM tiene que mejorar su plan de reestructuración. Obama también dejó claro que "el Gobierno de Estados Unidos no tiene interés o intención de dirigir" está compañía. El presidente también calificó la situación de Chrysler como "más difícil", por lo que considera que el fabricante necesita un socio para "seguir siendo viable". a Administración Obama dará dinero a Chrysler durante 30 días para llegar a una alianza final con la italiana Fiat, con la que ya tiene un acuerdo provisional.

Si tras ese periodo llegan a un acuerdo y a un plan creíble, Washington otorgará otro préstamo de 6.000 millones de dólares (unos 4.600 millones de euros) a Chrysler. Obama explicó que Washington ha llegado a un acuerdo "para asegurar que Chrysler pague a los contribuyentes cualquier nueva inversión" antes de que Fiat se haga con una participación mayoritaria en la empresa

De forma adicional, Obama anunció planes para acelerar la compra por parte de la Administración de nuevas flota de vehículos, así como para facilitar el acceso de los consumidores a préstamos e incentivos para la compra de nuevos automóviles. Finalmente, el presidente se dirigió a los trabajadores del sector, a quienes dijo que "no puedo prometeros que no vais a sufrir más, pero sí que lucharé por vosotros. Vosotros sois la razón por la que estoy aquí hoy".

Obama terminó señalando que "hay puestos de trabajo que no puede ser salvados" y "plantas que no reabrirán" y reconoció la frustración de los trabajadores afectados "por fallos que no fueron los suyos".