Sacyr-Vallehermoso lanzó en su día una OPA sobre el 66 por ciento de la francesa Eifagge que aún no controla, mediante un canje de doce acciones propias por cinco de su participada. Una oferta que la francesa califica de hostil y la rechaza. Sin embargo, la compañía española achaca las reticencias de la dirección de Eiffage no a un patriotismo económico
, sino a la defensa de un sillón. La española ha denunciado en los tribunales que se le negaron los derechos de voto que solicitaba en la Junta de abril de la compañía y ahora es la autoridad bursátil gala, AMF, la que le obliga a lanzar una OPA por Eiffage en metálico, bajo la acusación de actuar de forma concertada con otros inversores españoles. Si Sacyr, que ha recurrido, decide volver a intentarlo con la francesa deberá pagar por los títulos de Eiffage, al menos, el precio más elevado al que haya comprado acciones de la compañía, es decir: 97,3 euros. Las acciones de la empresa presidida por Luis del Rivero sufren un severo castigo esta jornada por el importante desembolso que tendría que realizar.En Italia las cosas se han puesto más duras para las compañías españolas. Puede dar cuenta de ello el BBVA, quien en julio de 2005 y tras cuatro meses de fuertes tensiones,
tuvo que desistir de sus planes de controlar la Banca Nazionale del Lavoro, BNL. Los movimientos de los llamados accionistas del contra-pacto, contrarios a la OPA del español, junto con la aseguradora Unipol, nunca a espaldas del Banco de Italia, frustraron las expectativas de la entidad presidida por Francisco González. Nada nuevo para el BBVA, quien cuatro años antes tuvo que desistir de su plan para fusionarse con el primer banco italiano: Unicrédito. Abertis-AutostradeLa concesionaria de autopistas Abertis, controlada por ACS y La Caixa, también sabe lo que es no sentirse bienvenido en el país transalpino. Tras aprobarse su fusión con Autostrade, ambas decidieron desistir de sus planes por dos motivos: la falta de autorización del ANAS ( el ente público que otorga las concesiones de las autopistas) y por la entrada en vigor de una nueva normativa de tarifas en el país. Todo esto llevó a la Comisión Europea a abrir un procedimiento contra Italia por inmiscuirse en una fusión de dimensión comunitaria. Sin embargo, en los últimos meses, parece que se ha abierto una nueva posibilidad para que Abertis y Autoestrade puedan abordar de nuevo un proyecto de integración, que daría lugar al primer grupo de infraestructuras del mundo. En ámbitos políticos se comenta que esto lo pactaron el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y el primer ministro italiano, Romano Prodi, a cambio de la entrada de Enel en la española Endesa. Y en este punto nos encontramos con el culebrón empresarial del que más se ha escrito en nuestro país en los últimos meses.Lucha por EndesaEn este caso no ha sido una empresa española la que se ha encontrado con trabas a la hora de poner sus ojos en otra europea. Aquí la perjudicada ha sido la alemana E.On, la que ha tenido que retirarse de la puja por la primera eléctrica española. La llegada de la energética italiana Enel, de la mano de Acciona, la constructora de la familia Entrecanales, ha propiciado la marcha de la germana y no solo eso: ha echado por tierra la credibilidad de varios organismos reguladores de nuestro país.Pero no todo iba a ser negativo. Empresas españolas como Telefónica han adquirido sin problemas Bell South, O2 o Cesky Telecom en los últimos años. Ferrovial se ha hecho con el operador de los aeropuertos británicos BAA, el BBVA ha salido de compras por EE.UU, al igual que el SCH, quien también ha protagonizado en el Reino Unido una gran operación: la compra del Abbey Nacional Bank. Y tampoco hay que olvidar a Iberdrola. Poco después de hacerse con Scottish Power, acaba de anunciar la compra en EE.UU de Energy East, por 6.400 millones de euros.