El euro parecía enfermo. Los sempiternos problemas de deuda soberana presionaban a la baja la monedas que desde 1.999 unía a los países europeos. Algunos tremendistas, aunque para ser fieles a la verdad no muchos, incluso daban por cadáver al euro. Otros especulaban con la idea de vernos obligados a abandonar el barco de la moneda unitaria; la moneda europea se plantaba en los 1,19 dólares en junio y en mínimos de 8 años frente al yen japonés.

 

La fuerte penalización que había sufrido el euro parecía exagerada pero la confianza manda y por entonces, no era precisamente un árbol en el que buscar cobijo. “En principio los problemas de deuda no eran tan exagerados como los medios nos habían descrito”, señala Soledad Pellón de IG Markets.

 

De todos es sabido que el mercado no sólo es soberano, también es caprichoso. Los problemas de deuda empezaron a quedar en un segundo plano. “Tras haber testeado soportes importantes y tras el cierre de posiciones cortas que venían de los 1,50”, según Julian Olmedo, analista de Dif Broker, el euro hizo de Lázaro, se levantó y desde entonces no ha hecho más que coger peso.

 

Ayer la moneda única probó las mieles de los 1,33 dólares, gracias en parte y según Ramón Morell, analista de World Spreads, al buen dato germano de la Balanza por Cuenta Corriente que hizo que “la presión se desplazara a la compra de euros” lo que además implica, según el experto, “la sensación de que Europa está en mejor sendero de recuperación que la economía estadounidense.”

 

Y es que la fortaleza del euro está unida a la cada vez más evidente desaceleración en la recuperación económica del gigante americano. En palabras de Julian Olmedo, “los datos de vivienda no están en línea con las previsiones y denota que el mercado aún podría tener retrocesos en las tasas.” Todo ello unido a los malos datos de paro y destrucción de empleo está permitiendo, desde el aspecto macroeconómico, un empujón que el euro está aprovechando en este tramo alcista.

 

Pero, ¿es esto flor de un día? Los expertos consultados por Estrategias de Inversión plantean diversos marcos. Morell augura “un fortalecimiento del euro respecto al dólar, con posibles correcciones puntuales pero en clara tendencia alcista” que podría situar a la moneda única en los 1,35 euros en los próximos días o semanas. Todo ello si no aparecen “nuevos factores coyunturales que impongan un cambio de escenario”.

 

Ese cambio de escenario, según Olmedo, podría llegar en caso de que reaparezcan los fantasmas del crédito sobre la zona euro. En ese caso y dependiendo de los datos macro que vayamos conociendo desde el otro lado del Atlántico, el euro podría desinflarse y volver a los niveles vistos hace un par de meses, esto es los 1,20 dólares. Además, añade el experto, “el aspecto técnico estaría anticipando un retroceso en la cotización” si la moneda unitaria no es capaz de superar con cierta holgura el entorno de los 1,33, nivel clave para los expertos consultados.

 

Haciendo un ejercicio de optimismo y poniendo por caso la rotura de esos niveles, el siguiente gran escollo que encontraría la moneda del viejo continente sería en los 1,37 dólares, “desde donde comenzó la brusca bajada” según Pellón.

 

Por tanto los datos macroeconómicos serán los que marquen el rumbo del euro. La situación económica de EEUU, con las decisiones que la FED tome al respecto, junto con las decisiones sobre las medidas de estímulo serán parte de la clave para conocer el futuro de la moneda del viejo continente.

 

Toda esta situación abre un marco de oportunidades y es que, en palabras de Soledad Pellón, “las divisas siempre ofrecen oportunidades”. La analista de IG Markets propone una estrategia advirtiendo que el Yen se encuentra en mínimos de hace 15 años respecto al dólar, salvo finales de 2009, tiempo en el que la paridad era incluso inferior. Japón, apunta la experta, no permitirá que esto perdure por mucho tiempo debido a la dependencia de esta economía a las exportaciones. Esto, según la analista de IG Markets provocará un repunte del dólar.

 

Otra idea sería, según Olmedo y en relación a la paridad euro-dólar buscar “posiciones cortas si se pierden los niveles de 1,3188, lo que daría lugar a una bajada en la cotización de la moneda europea hasta niveles de 1,29 o incluso 1,2790.

 

Si preferimos entrar en otra divisa mediante la toma de posiciones en títulos de una empresa ajena al euro el propio Olmedo, señala como opciones una compra de acciones de General Electric en caso de que se superen los 16,60 dólares, ya que podría crear un recorrido alcista hasta los 18,90 euros y siempre con el rabillo del ojo atentos al stop que sitúa en los 15,93.