El sector energético español se encuentra en un muy buen momento bursátil, al ser un sector defensivo formado por  compañías con una elevada visibilidad y recurrencia de resultados que además pagan atractivos dividendos, es decir, reúnen algunas de las características más buscadas por los inversores españoles, tradicionalmente de perfil conservador. Con la seguridad que dan, estos valores se ven beneficiados por un contexto económico algo convulso, en el que elBanco Central Europeo (BCE) ha pospuesto su subida de tipos “al menos” hasta finales de 2019, lo que ya llevó a Naturgy, Endesa e Iberdrola a cerrar el pasado ejercicio como los mejores componentes del Ibex 35, con revalorizaciones similares a la caída del selectivo, que fue casi del 15%.

Así, mientras que los bancos domésticos se ven perjudicados por la “parsimonia” del organismo europeo en el incremento de sus tasas, las energéticas nacionales acumulan una subida media del 10%, cotizando con un PER de 15,54x y una rentabilidad por dividendo del 5,17%. Con las últimas subidas, el valor en el mercado de las seis compañías dedicadas a la energía del índice (Red Eléctrica, Naturgy, Iberdrola, Endesa, Enagás y Repsol) se ha incrementado hasta los 139.760 millones de euros, con un peso en el Ibex 35 superior al 23,5%, acercándose al 29% de la banca.

La electricidad de los dividendos enciende a las energéticas del Ibex 35

Uno de los mayores atractivos en los que se fundamenta la buena marcha en bolsa de estos valores es la promesa de los dividendos. Todos los planes estratégicos contemplan el incremento anual de la retribución al accionista, con la previsión de repartir, en su conjunto, casi 28.000 millones durante los próximos ejercicios.  Y el pago de dividendo está relacionado con la visibilidad futura de las cuentas de la estas compañías, para lo que es fundamental la estabilidad regulatoria. Por ello, un cambio de Gobierno podría, en teoría, modificar la legislación y, en consecuencia, tener un gran impacto en sus resultados, desde las cuentas de las productoras hasta las de las distribuidoras. Un cambio de Ejecutivo que este mes podría producirse en España, con las elecciones generales que se celebrarán a finales de abril.

 

Julián Pascual, presidente de Buy&Hold, explica que los ingresos de las compañías eléctricas se pueden dividir en tres bloques según el tipo de regulación: la generación convencional, la generación renovable y los  ingresos por transporte y distribución. “Las eléctricas ganan dinero sobre todo en las dos últimas áreas, mientras que pierden o empatan en la última, que está más abierta a la competencia”, añade. Por consiguiente, un cambio regulatorio podría suponer un menor beneficio o mayores costes operativos para las energéticas, por ejemplo restringiendo las principales fuentes de obtención de energía por su alto componente contaminante, o mediante una limitación al margen operativo vía una imposición de precio o una mayor tarifa de impuestos. Sin embargo, Pascual apunta que “a pesar de los diferentes cambios de Gobierno y las muchas modificaciones legislativas, el resultado final no ha cambiado la cuenta de resultados de las eléctricas, que han mostrado crecimientos moderados y gran estabilidad de los beneficios”. Aun así, para defenderse de los posibles cambios regulatorios, “los últimos movimientos que están haciendo estas compañías es diversificar geográficamente y en otro tipo de negocios que no estén tan regulados para compensar esa parte”, indica Susana Felpeto, subdirectora de renta variable de Atl.

 

Pero también puede suceder lo contrario, que las políticas implementadas por el Gobierno favorezcan a algunos valores, por ejemplo, legislando a favor de las energías renovables. En el mercado español Audax, Solaria y Solarpack suben un 60%, un 22% y un 9% respectivamente, gracias a, entre otros factores, las políticas impulsadas por la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Desde XTB consideran que tanto Audax como Solaria “tienen un largo camino por delante para establecerse como líderes de su mercado” aunque “están demostrando que son empresas con un alto potencial de crecimiento y revalorización”. Con una subida del 192% y del 142% en 2018, Fernández-Figares advierte de que son valores muy especulativos que difícilmente por fundamentales justifican sus valoraciones”. Otra de las consideraciones que juegan en su contra es la escasa cobertura por parte de las casas de análisis. Audax, según los datos de Reuters, no cuenta con ninguna recomendación, mientras que Solaria tiene colgado el cartel de “compra” con un potencial alcista del 35%.

 

La introducción de políticas de corte medioambiental no es una tendencia aislada, más bien todo lo contrario, con la mayoría de países occidentales legislando a favor de una transición hacia energías más “verdes”, por lo que las renovables van a jugar un papel muy relevante en el nuevo mix energético. “Es razonable pensar que dentro de 10 o 20 años la producción de hidrocarburos será inferior a la actual, aunque la duda es cuánto” señala Pascual. Con este panorama, Repsol movió ficha a finales de 2018 con la adquisición de Valdeslar Hive y Viesgo, compañías dedicadas a la energía solar y la generación eléctrica de bajas emisiones, respectivamente.

 

Valor por valor, la mayoría de analistas consultados coinciden en señalar a Red Eléctrica como la inversión menos atractiva por su componente de participación gubernamental, siendo el Estado su principal accionista, y por lo muy limitado que se encuentra su modelo de negocio, que aunque sea el dueño del monopolio del transporte de energía no le permite explorar otras fuentes de crecimiento. Por el contrario, la compañía más mencionada como la favorita para los expertos es Iberdrola, por su menor exposición al mercado Ibérico y, por consiguiente, la mayor diversificación geográfica de sus ingresos. Sin embargo, Felpeto advierte de que la compañía presidida por José Ignacio Sánchez Galán está sobrecomprada, por lo que lo más recomendable para entrar es esperar a una corrección, algo similar a lo que le ocurre a Naturgy, otra de las apuestas de los expertos, debido a la mejora de la gestión que han introducido los nuevos accionistas y el equipo gestor. “Pensamos que todavía hay algo de recorrido para la acción” apunta Pascual.

 

Parece que la duda ahora es saber si se mantendrá, y hasta cuándo, la tendencia positiva. Ignacio Serrat, analista de XTB, considera que el sector va a seguir comportándose bien y subraya que “sería una idea interesante rebalancear la cartera con alguna de las empresas eléctricas del sector español buscando una menor volatilidad y percibir la rentabilidad vía dividendo”; tesis de inversión funciona muy bien en carteras de inversores con una mayor aversión al riesgo y a la volatilidad y que necesitan tener esa estabilidad en el corto plazo para sentirse seguros con la inversión.