Una vez más, se ha abierto una gran brecha entre el mundo anglosajón y el resto del mundo (¿me permiten la licencia?) respecto a los derivados y a sus promotores, es decir, los grandes bancos de inversión y los hedge funds ¿Y esto por qué es así? se preguntarán muchos de ustedes.

La respuesta en muy fácil: en la gran banca anglosajona, que ha quedado en pie, o mejor dicho, que han dejado que quede en pie, los puestos de máxima responsabilidad suelen recaer en prohombres que antes han ocupado cargos de alto nivel en el Tesoro USA o en la propia Fed. Que nadie olvide lo que sucedió con el Long Terme Capital (LTC) y sus implicaciones graves en la Crisis Rusa, de lo que, por cierto, nunca supimos más. Bien. Dicen ahora que la nueva legislación sobre la reforma financiera en Estados Unidos podría ocasionar costes cercanos al billón de dólares a las empresas que ofrecen a los inversores productos derivados financieros. Lo dijo hace unos días una asociación estadounidense que agrupa a ese tipo de firmas”, cuenta el director de estrategia de una de las principales sociedades de Bolsa españolas.

En efecto, la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA, por su sigla en inglés) publicó un estudio que indica que se ha cifrado en torno a 400.000 millones de dólares la cantidad que las empresas tendrán que disponer como colateral para cubrir su exposición a las transacciones de derivados en los mercados extrabursátiles. El ISDA señaló en su comunicado que estima que las compañías necesitarán en torno a otros 370.000 millones de dólares “para mantener la cobertura de futuras exposiciones que procedan de esas transacciones”. “Si los mercados vuelven a la situación anterior a fines de 2008, sus necesidades de colateral totalizarán en torno a un billón de dólares”, agregó esa asociación empresarial.

“Ya saben que los legisladores del Congreso de Estados Unidos han negociado una reforma financiera que contiene grandes cambios en los reglamentos que rigen en Wall Street y que afectará a una amplia gama de transacciones financieras desde las más simples, como las compras con tarjeta de crédito, a las más complejas que realizan los diferentes mercados. Ese proyecto también incluye las reglas sobre las manera de negociar con los instrumentos financieros derivados y los márgenes que deben tener esas empresas para respaldar esas operaciones”, añade nuestro interlocutor.

“He leído que el director ejecutivo del ISDA, Conrad Voldstad, considera que si todo sigue adealnte, las empresas estadounidenses aumentarán de forma considerable sus costos para atender esas necesidades de disponer de fondos marginales, lo que a su vez podría ponerlas en peligro. Y aquí surge muy pregunta ¿Alguien cree que Wall Street seguirá al pie de la letra la reforma Financiera o, como suele suceder con mucha frecuencia, se agarrará a la letra pequeña de la Ley para negar la mayor”, continúa.

“¿Por qué no atajar el problema desde su inicio y terminar con las referencias subyacentes (materias primas, la deuda, las acciones o las divisas) que sirven para que derivados y opciones, además de otras armas de destrucción financiera masiva, mueran por inanición?”, finaliza.

Y con esta Gran reflexión les dejo.

Fuente: www.lacartadelabolsa.com