La Comisión Europea ha subrayado que el banco británico Northern Rock deberá reducir su tamaño para ser viable sin ayudas públicas adicionales, aunque precisa que esto no implica necesariamente el despido de parte de la plantilla. El ejecutivo de la UE ha confirmado hoy que las autoridades británicas le han notificado formalmente su plan para reflotar la entidad, al borde de la quiebra tras el estallido de la crisis de las hipotecas en Estados Unidos y que Londres va a nacionalizar. Northern Rock ya recibió en septiembre una primera inyección financiera pública -un crédito ilimitado concedido por el Banco de Inglaterra- pero, según la legislación comunitaria, esta asistencia de emergencia debe limitarse a seis meses, un plazo que expiró ayer. La nueva estrategia de ayuda a Northern Rock -que antes de la crisis era el quinto banco hipotecario del Reino Unido- debe dirigirse a la reestructuración de la entidad, según un portavoz comunitario. Así,
Londres deberá garantizar a Bruselas la viabilidad del banco sin tener que recurrir en el futuro a nuevas inyecciones de dinero público.

