Junto con el suelo, cayó un 34,6 por ciento la facturación procedente de las promociones (136 millones), mientras que los ingresos por alquileres crecieron el 17,8 por ciento (132,4 millones), en línea con el primer semestre.

Según la compañía, el negocio de alquileres aporta el 73 por ciento del margen de la cuenta de resultados y cubre tanto los gastos financieros como los gastos fijos de estructura.


La caída de la venta de viviendas y de las transacciones de suelo es consecuencia de la fuerte restricción del crédito, lo que ha llevado a cancelaciones de preventas que han reducido la cartera hasta los 190 millones de euros.

Preventas en el tercer trimestre

A pesar de esta situación, las preventas realizadas en el tercer trimestre (92 viviendas) fueron ligeramente superiores a las del segundo y primer trimestre (82 y 78 viviendas, respectivamente).

A 30 de septiembre, la deuda bancaria bruta del grupo ascendía a 2.393,1 millones de euros, de los que 1.405,2 millones se corresponden con un crédito sindicado que tiene un vencimiento a 10 años, en tanto que otros 789,7 millones vencen el próximo año.

La inmobiliaria recuerda que tiene sus activos contabilizados a valor histórico y que no actualizará dicho valor hasta final de año.