En un encuentro con medios, Morlanes constató que para asegurar la continuidad de La Seda no existe alternativa a esta ampliación que conllevará una composición accionarial diferente: el 41% estará en manos de los bancos --a razón de 150 millones de deuda por capital-- y el 59% en manos de antiguos y nuevos accionistas, como BA Vidrio, el nuevo socio industrial que ha comprometido, por escrito, aportar si es necesario hasta 100 millones de euros en la operación.


La compañía propondrá mañana una simultánea reducción y ampliación de capital para reforzar su estructura patrimonial
, incrementando recursos propios y disminuyendo el endeudamiento financiero.

Se articulará una reducción de capital para que el valor nominal quede fijado en 0,10 euros por título --cifra muy discutida por los minoritarios de La Seda-- a la vez que se recurrirá al mercado para ampliar capital por valor de 300 millones.

Morlanes confió en el éxito de la operación, abierta a todos los accionistas y con derecho de suscripción preferente, ya que prevé que el consejo, a excepción de Júpiter, acudan a la ampliación.

"Mañana se pone en juego la continuidad de La Seda", sentenció Morlanes, tras recordar que no habrá ampliación sin que antes la química cierre un acuerdo "imprescindible" con la banca que lleva tiempo negociando, y con varias prórrogas, para reestructurar su deuda financiera.

Hasta la fecha, el 83% del 'pool' de bancos (56) ha votado la reestructuración y el 77,5% lo ha hecho de forma favorable, una parte con condiciones. El crédito sindicado suscrito en 2006 es de 600 millones de euros.

Morlanes aseguró que espera cerrar este acuerdo antes que acabe el año. De no haber unanimidad entre todos los bancos, explicó que buscarán fórmulas legales para extender el acuerdo que ya tienen sobre el resto.

El presidente de La Seda dejó claro que, una vez aprobada la ampliación, la compañía todavía vivirá unos tres o cuatro meses "críticos" a la espera de ir materializando el plan de reestructuración acordado el verano.

Éste contemplaba desinversiones de entre 250 y 320 millones de euros en activos no estratégicos, recortes de plantilla y una nueva orientación del negocio para hacer viable la empresa.

Hoy, Morlanes avanzó que la venta de IQA, localizada en Tarragona, se halla en la recta final. De siete interesados se obtuvieron tres ofertas no vinculantes y antes del 21 de diciembre deberá haber una oferta vinculante.

En el primer trimestre de 2010 prevé haber cerrado esta venta y haber encontrado compradores para Artenius Portugal --de la que ya ha recibido una propuesta de compra--, en Portalegre, y para la fábrica de Simpe, en Italia.

Sobre el crédito del Instituto Catalán de Finanzas (ICF) de 15 millones de euros, Morlanes explicó que La Seda sigue a la espera de recibirlo para oxigenar sus necesidades de circulante y reabrir la planta de El Prat de Llobregat (Barcelona).