JPMorgan pactó la compra de su rival el pasado mes de marzo a un precio de saldo, de 10 dólares por acción, lo que valora la entidad en cerca de 1.000 millones de dólares (650 millones de euros). El banco rescató a Bearn con ayuda de la Reserva Federal estadounidense (Fed) cuando estaba a punto de la bancarrota por la crisis financiera.Dimon estaría planeando enviar cerca de 100 cartas con este propósito, y además ha consultado a más de 1.800 compañías para obtener una lista de sus vacantes y urgirles a contratar a los empleados que serán despedidos de Bear Stearns por las redundancias de plantilla. El proyecto, que ha sido planteado y dirigido por el director administrativo de JP Morgan, Frank Bisignano, ha proporcionado a la entidad una base de datos de cerca de 3.000 vacantes en la industria financiera.Los esfuerzos de la firma obedecen a su deseo de minimizar las críticas, tanto externas como internas, derivadas de la adquisición de Bearn y su entrada en funciones en el banco de inversión, y también para reducir los costes de los despidos.Si tiene éxito, el plan podría ser adoptado por otras entidades de Wall Street que están recortando empleos con motivo de las pérdidas derivadas de la crisis crediticia. Los bancos estadounidenses han anunciado más de 65.000 despidos como consecuencia de la crisis, e incluso esta cifra podría aumentar cuando el 'credit crunch' alcance su cima.Los ejecutivos de JPMorgan destacan que el proyecto de recolocación de los empleados se encuentra aún en una etapa muy temprana, pero creen que podría llevar a encontrar empleo para aproximadamente la mitad de los 5.000 empleados afectados por la fusión.Por el momento, JPMorgan sólo ha conservado a 6.000 empleados de Bearn de los 14.000 con los que contaba su plantilla, mientras que 1.000 han abandonado la firma de manera voluntaria. Se espera que el número de bajas voluntarias se duplique en los próximos meses.