ING había anunciado con anterioridad que pagaría la mitad de la ayuda antes de Navidad.  El pago se produce tras la ampliación de capital, que fue suscrita en un 97%.

En el momento más duro de la crisis financiera, el Estado holandés inyectó 10.000 millones de euros en ING y acordó garantizar el riesgo de 28.000 millones de euros de una cartera de valores Alt-A, títulos respaldados por hipotecas con una calificación que está entre medias de las prime y las subprime.