IAG (Iberia) no levanta cabeza mientras se coloca en niveles de febrero que le acercan peligrosamente, a los mínimos del ejercicio. Es el peor valor del mes y entra ya de lleno en negativo en lo que va de año mientras se aleja de máximos del año nada menos que un 34%.
Sus escenarios planteados este verano no se están cumpliendo con la vuelta a la capacidad esperada con la temporada alta. Y es que el efecto pandemia, con la quinta ola, las restricciones que no cesan y la incidencia desbordada de la variante Delta quiebran negativamente la balanza frente a los niveles de vacunación que deben elevarse significativamente para alcanzar la inmunidad de rebaño.
La primera gota que colma el vaso y que ha obligado a hacer a IAG y a los inversores un aterrizaje de emergencia ha sido el cambio de opinión de Credit Suisse sobre la situación de la compañía. La reducción drástica de su precio objetivo, hasta los 195 peniques desde los 256 de hace apenas 15 días ha reducido drásticamente sus perspectivas y su racha bajista de las últimas sesiones en el mercado.
Las razones que argumenta Credit Suisse se resumen en dos. La primera es una futura ampliación de capital. La segunda recordemos que sería en menos de un año para retomar la liquidez necesaria para hacer frente a las pérdidas. En especial tras lo que acaba de suceder con Easyjet. El pasado día 8 se cumplía un año, exitoso por cierto de la llevada a efecto, con precio duplicado y por casi 3.000 millones de euros. Si la idea se concreta supondrá una dilución importante para los actuales accionistas, que para evitarlo debería acudir de nuevo al mercado.
La segunda está directamente relacionada con el fracaso de los vuelos transoceánicos entre EEUU y la Unión Europea. A principios de verano parecía que se produciría una apertura sin cortapisas, pero incluso ahora desde el Viejo Continente se restringen por miedo a los contagios. Y recordemos que es la más penalizada por este concepto.
Y la segunda gota que rebosa el vaso viene de Exane BNP Paribas que ha reducido su precio objetivo hasta los 1,99 euros por acción tras recortar su recomendación a neutral.
En su gráfica de cotización vemos como el valor no sale de la dinámica negativa, con recortes superiores al 7% en las últimas 20 sesiones y una caída en septiembre que alcanza el 8,5% para IAG. Es el peor valor del mes y ha entrado en negativo en el año, con un recorte del 4,75%.
Mientras Citadel Europe, el único bajista de cuantía superior al 0,50% en su accionariado, ha rebajado, el pasado día 10 de septiembre su presencia a corto sobre IAG hasta el 0,77% de su capital.
Tampoco en lo que se refiere a los indicadores premium técnicos de Ei mejora su perspectiva. De hecho, apenas alcanza 1,5 puntos de los 10 posibles para el valor, que se muestra claramente bajista en su tendencia a medio y largo plazo, con momento total lento y rápido negativo, volumen de negocio decreciente a medio plazo y volatilidad a largo, que se mantiene creciente en IAG.
En el lado positivo solo podemos destacar el volumen de negocio a largo plazo que se muestra creciente en el valor y la volatilidad, medida en términos de su rango de amplitud, que se mueve decreciente a medio plazo.