anton pradera global dominion

“Queremos ser actores de la vuelta a la normalidad”. Con estas palabras inició el presidente de Global Dominion, Antón Pradera, la junta general de accionistas que se realizó horas antes de la presentación de resultados del primer trimestre. Toda una declaración de intenciones para una empresa, la tecnológica vizcaína, que ha sabido sortear los primeros envites del Covid-19.

Entre enero y marzo, la cifra de negocio de la cotizada española alcanzó los 224,5 millones de euros, un 6% más que en el mismo periodo del año precedente, lo que suponen cerca de un 4% de crecimiento orgánico a precios constantes de mercado. Además de registrar un leve deterioro de los márgenes EBITDA, EBIT y beneficio neto se ha limitado a 3 millones de euros, respecto al primer trimestre del 2019. En gran medida, debido a la rápida adopción de medidas por parte de la compañía, que ya ha dotado, además, las primeras provisiones.

Por segmentos, el impacto se la localizado principalmente en el negocio de B2C debido al cierre forzado del canal físico de tiendas Phone House. Pese a los más de 200.000 servicios de energía y telecomunicaciones que mantiene activos el proyecto Smart House. El impacto ha sido menor en el segmento de B2B, donde el área de Servicios se ha visto afectada por el cierre temporal de algunas plantas industriales y la caída de la actividad de mantenimiento de infraestructuras de redes, mientras que en los Proyectos 360 las secuelas han sido muy limitadas y circunscritas al aplazamiento de proyectos puntuales de tamaño medio.

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Respecto a las perspectivas para el resto del 2020, la compañía destaca su importante posición de liquidez -terminó 2019 con 113 millones de euros de caja neta- lo que le permite afrontar con garantías esta etapa de descenso de la actividad y aprovechar las oportunidades que puedan surgir. Asimismo, confía en cerrar el año con crecimiento en ventas y resultado positivo, y que 2020 sólo suponga un paréntesis en el cumplimiento de su Plan Estratégico, que se retrasaría un año.

 

Aunque siguiendo su hoja de ruta, basada en cuatro D’s: Diversificación, Descentralización, Digitalización y Disciplina Financiera. Un lema en el que ha incidido Pradera, para quien las cifras de Global Dominion “acompañan” en “el reto enorme” de restablecer el optimismo” en la salida de la crisis del Covid-19 y de la recesión económica y de “fortalecer los rasgos esenciales” de su modelo de negocio. Entre los que Pradera citó “el factor diferencial que nos caracteriza respecto de nuestros rivales” en el sector y “el grado de excelencia”, tanto de productividad, como en materia de recursos humanos o en ratios de rentabilidad del capital invertido. 

“Creemos que podremos atravesar esta crisis perseverando en nuestro negocio; en dar un paso más en digitalización, uno de los focos en los que vamos más adelantados”; en definitiva, “en sortear este paréntesis en clave de crecimiento”, explicó a los accionistas, de forma telemática, el presidente de la firma.   

Mikel Barandiarán, consejero delegado de Global Dominion, también enfatizó la apuesta por los avances en digitalización, por las propuestas de valor diferenciales y por la organización flexible para acometer el “exigente proceso” que requiere la gestión del Covid-19 y que demandará una serie de cambios organizativos y atención a desinversiones relevantes. Antes de la llegada de la crisis del coronavirus a España, al inicio de febrero, las acciones de Dominion se revalorizaron casi un 9% cuando la compañía confirmó en su plan estratégico el objetivo de duplicar beneficios en 2022. El grupo vasco de servicios y soluciones tecnológicas certificó unos ingresos de 947 millones de euros en el ejercicio 2019, un 14% más en términos anuales, un EBIT de 63 millones (un 18% más) y un beneficio neto de 39 millones, un alza del 20%. La firma tiene una plantilla de 9.630 trabajadores diseminada por 35 mercados diferentes.