Las perturbaciones financieras han reducido la liquidez, lo que, según el FMI, afectará directamente a las inversiones de las empresas y a la actividad inmobiliaria española, además de provocar un enfriamiento de la demanda interna.En este contexto, el organismo ha decidido mantener las previsiones de crecimiento para España que hizo a mediados de octubre después de analizar las consecuencias de la crisis.El FMI redujo entonces drásticamente sus expectativas para España y consideró que el Producto Interior Bruto (PIB) español crecerá el 3,7% este año y el 2,7% en 2008.La institución explicó en ese momento que la desaceleración inmobiliaria se agudizaría porque los bancos tendrán más dificultades para atraer fondos externos a fin de financiar el mercado de la vivienda.En el informe hecho público hoy también se mantienen las previsiones que se hicieron en octubre sobre inflación, según las cuales el Indice de Precios al Consumo (IPC) español se situará en el 2,5% en 2007 y en el 2,8% el año que viene.