Da la sensación de que los últimos doce meses han transcurrido de forma fugaz . Parece que fue ayer cuando escuchábamos que el diferencial de la prima española
alcanzaba máximos históricos (hablamos de los meses de verano) y desde entonces hemos vivido con esa espada de Damocles que apenas nos ha permitido levantar cabeza.

La crisis de deuda soberana (y crisis global) ha hecho que todos los organismos económicos europeos (norteamericanos, incluso mundiales), se pusieran manos a la obra con el único de fin de que los inversores acudieran a los mercados con ánimo comprador (el rojo de los mercados dicen que no es bueno para la salud de los mismos, cosa que no llego a entender).

El sistema financiero ha sido otra de las grandes preocupaciones. –“¿Una rondita más de liquidez?” es el mensaje transmitido desde los Bancos Centrales. Todo ello con el único fin de mantener activo y solvente el sistema. El resto ya lo conocemos… Qué ingenuos todos aquellos empresarios que pesaban que este proceso aliviaría las tensiones del mercado crediticio y les permitiría a acceder a esa liquidez para reactivar sus empresas y crear empleo (si, han leído bien, “crear empleo”). Los grandes directivos de esos bancos han preferido apostar por la compra de deuda soberana… El Tesoro español ya paga más de un 5% por sus Letras a doce meses. De alguna manera tienen que justificar su alto puesto en la dirección del banco o ese máster en Finanzas… Semejante operación financiera (quizá deberíamos otorgarle el rango de "alta ingeniería financiera") sólo está al alcance de mentes privilegiadas como las suyas. Que consigas financiarte al 1% (por guapo) e invertir en Letras que te ofrecen más de un 5% lo podría hacer hasta un controlador aéreo español (con todos mis respetos para estos profesionales).

Las agencias de calificación, por el contrario, siguen con su “lavado de imagen” que les lleva a ver gigantes en vez de molinos. Sin ser santo de mi devoción reconozco que son los únicos agentes del mercado capaces de “presionar” a los bancos en estos momentos (amén del movimiento 15M).

Creo que el hecho más importante que ha ocurrido durante los últimos meses ha sido el desprecio que mostraron los inversores en la colocación de la deuda alemana del pasado miércoles 23. Si hasta ese momento hablábamos de una Europa que crecía a dos velocidades, ese día nos dimos cuenta de que el “motor alemán” podría gripar en breve. Desde ese día se han intensificado las reuniones de los principales organismos europeos, los grandes bancos centrales han actuado de forma conjunta y contundente, Sarkozy ha ganado peso en Europa (también el los mercados) y los datos macro han acompañado este sentimiento optimista (muy significativo el ISM manufacturero ayer en EEUU). Todo ello ha provocado tres sesiones consecutivas en verde y un sentimiento más optimista en los mercados.

Creo que es momento de vigilar todos aquellos activos que han servido de refugio, especialmente el oro y el CHF. De confirmarse esta tendencia alcista de los mercados de renta variable podrían sufrir fuertes correcciones y poner fin al llamado "flight to quality".