Así, la calificadora de riesgos considera que ante las crecientes tensiones en los mercados respecto a la deuda soberana, la capacidad de los gobiernos con nota 'Aaa' para anclar las expectativas fiscales, mediante la comunicación de programas detallados de consolidación o la introducción de normas formales, será "fundamental" para evitar los riesgos vinculados al aplazamiento de la consolidación fiscal.

"España se convirtió recientemente en el primer Estado con calificación 'Aaa' en afrontar este desafío cuando se enfrentó a significativas presiones del mercado para que se anunciaran tales medidas (de consolidación fiscal), aunque su proceso de ajuste sin duda será prolongado y doloroso", afirma el vicepresidente de riesgos soberanos de Moody's y autor del informe, Arnaud Mares, quien advierte de que el resto de países con la máxima nota "no son inmunes" a estas mismas presiones en los próximos meses.

No obstante, Moody's afirma que los 'ratings' de "todos" los gobiernos con calificación 'Aaa' actualmente se encuentran "bien posicionados" a pesar de las 'estrecheces' de sus finanzas públicas y la "fragilidad" de la recuperación observada en gran parte de las economías avanzadas, que en su mayoría han aplicado agresivas medidas de expansión fiscal y monetaria.

"Esto expone a los gobiernos a sustanciales riesgos de ejecución en la aplicación de sus estrategias de salida, que podrían hacer más vulnerable su crédito", señala Arnauld Mares, quien, sin embargo, señala que "la asequibilidad de la deuda apunta que la nota de todos los países con 'Aaa' se mantiene bien posicionada, aunque se ha reducido la distancia para su rebaja".

Por su parte, el responsable de riesgo soberano de Moody's, Pierre Cailleteau, detaca la importancia de la capacidad y voluntad de los gobiernos para aplicar estos ajustes sin precedentes ya que el crecimiento de la economía respaldará los planes de ajustes de unos gobiernos en mayor medida que los de otros, aunque ningún gobierno puede confiar en ello.

Asimismo, Cailleteau advierte del delicado equilibrio respecto al momento de ejecutar este ajuste fiscal, puesto que las restricciones fiscales aplicadas con anterioridada a que la demanda sea autosuficiente amenazaría la recuperación y, de este modo, la capacidad impositiva del Gobierno, mientras que posponer la consolidación no resulta menos arriesgado al poner a prueba la paciencia de los mercados podría forzar a actuar a los bancos centrales.

"A los elevados niveles actuales de deuda, subir los tipos de interés agravaría rapidamente una ya de por sí complicada ecuación de deuda con la posibilidad de consecuencias más bruscas para las calificaciones", sugiere Cailleteau.