La indefinición ha tomado las riendas en Wall Street, mientras la FED trata de tranquilizar a los mercados. Las palabras del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, en las que constataba que la economía estadounidense atravesaría un período difícil han tenido un efecto inmediato, pero sobre el precio del crudo. De un plumazo el barril de petróleo bajó 6 dólares, un fenómeno inédito en 17 años. Y es que, la desaceleración de la economía estadounidense hace temer un descenso del consumo de petróleo por parte del primer consumidor mundial de oro negro. El resto de afirmaciones de Bernanke no tuvieron demasiado efecto. Por ejemplo no convenció al señalar que los bancos están bien capitalizados y que los temores sobre el sector están menos relacionados con su solvencia que con su capacidad para conceder los préstamos que la economía necesita. Mientras esto ocurre en EE.UU., en España se ha abierto el debate de qué debe hacerse para “ayudar” a las constructoras-inmobiliarias ahogadas y los inversores se fijan en los bancos y recuerdan aquello de “cuando las barbas de tu vecino veas pelar….”. Conclusión, la desconfianza se apodera del sector bancario. Aún con todo, los grandes reaccionan al castigo de la última sesión.
Rebote de los pesos pesadosLa mayor reacción entre los pesos pesados se la anota un banco, el BBVA
, que avanza un 0,99 por ciento, después de que Société Générale haya iniciado cobertura sobre las acciones de la entidad española con una recomendación de comprar. Su principal competidos, el Santander repunta un 0,36 por ciento. Por su parte, la operadora Telefónica gana un 0,5 por ciento, mientras que Repsol recupera un punto porcentual e Iberdrola un 1,65 por ciento.

