No obstante, incidió en que la regulación y la supervisión ha contribuido a una posición de relativa fortaleza del sistema financiero español, gracias a sus niveles de eficiencia, rentabilidad y de solvencia.Así recordó que las entidades financieras españolas no han estado involucradas ni en la generación, ni en la comercialización ni en la adquisición de productos financieros tóxicos.En cuanto a la desaceleración del crédito, Fernández Ordóñez apuntó que ha seguido "un comportamiento coherente" con el proceso de ajuste de la economía española y con los mayores costes financieros, la acentuada aversión al riesgo y las graves dificultades para la obtención de recursos en los mercados financieros.Aún así, las tasas de crecimiento interanual de la financiación a las empresas y familias españolas están en el entorno del 10 y el 7 por ciento, respectivamente, por lo que no se alejan "significativamente" del crecimiento nominal del Producto Interior Bruto.