Copias de la carta, con fecha 1 de julio, que fueron remitidas también a todos los líderes del G-8 señalan que las intervenciones llevadas a cabo por los bancos centrales y los gobiernos parecen "haber interrumpido la caída" de la economía global gracias a la estabilización de los mercados financieros y el impulso de la demanda.

No obstante, Zoellick advierte de que "2009 continúa aún siendo un año peligroso. Los recientes avances podrían dar marcha atrás facilmente y el ritmo de la recuperación en 2010 está lejos de ser seguro".

En este sentido, el presidente del BM señala que, aunque algunos países desarrollados están considerando una batería de medidas que asumen que la recuperación está próxima, "para el mundo en desarrollo es demasiado pronto para pensar en este tipo de medidas".