El subgobernador del Banco de España aseguró que con toda seguridad no volverá la disponibilidad ilimitada de recursos financieros en los mercados internacionales del euro, y el entorno que tendrán que afrontar las entidades será más exigente y de mayor competencia.Según las previsiones del organismo supervisor, en este nuevo contexto el negocio bancario crecerá en línea con el avance del PIB nominal -que el Gobierno sitúa en el 4,6% en 2008 y en el 3,5% en 2009-, mientras que los tipos de interés de las colocaciones en los mercados institucionales serán mayores que los vigentes antes de las turbulencias.Para hacer frente a esta situación, Viñals recomendó a las entidades españolas que "ensanchen" sus fuentes de financiación y que racionalicen sus estructuras de costes y redes de sucursales mediante una gestión "más ajustada".Además, consideró "importante" que sigan aumentando su presencia en los mercados primarios de obligaciones bancarias simples y cédulas hipotecarias, tal y como han hecho en el segundo trimestre del año, cuando lograron colocar en poco tiempo emisiones por valor de algo más de 29.000 millones de euros.Viñals también animó a las entidades a diversificarse y buscar nuevos nichos de negocio, consejo que deberían tener más en cuenta aquellas que han centrado su actividad en la financiación de la inversión residencial.Otra de las consecuencias de la "desfavorable" evolución económica española ha sido el aumento de la tasa de morosidad de la banca, que, en opinión del subgobernador, seguirá aumentando durante 2008 y 2009, incremento que, en cualquier caso, las entidades podrán afrontar gracias a la fortaleza de sus cuentas de resultados.Según el organismo, la economía española no ha sido inmune a estas turbulencias financieras "tan serias" que, junto al fuerte incremento de los precios de las materias primas y los alimentos, han ralentizado el crecimiento económico mundial y han causado un "deterioro generalizado" de la confianza de los agentes económicos.Esta situación ha provocado que se haya "intensificado" el ajuste de la actividad que ya se había iniciado antes de agosto de 2007.Al igual que la economía, las entidades españolas tampoco han sido inmunes a estas tensiones, aunque el impacto directo ha sido limitado, gracias, entre otras cosas, a que su actividad se centra en la intermediación financiera tradicional -canalizar los depósitos captados a los clientes para conceder créditos-, con un adecuado estudio y seguimiento del riesgo.Viñals explicó además que la emisión de titulizaciones en España ha seguido procesos "sencillos y transparentes", en los que no se han generado productos especialmente complejos y de difícil valoración.El subgobernador justificó también el limitado efecto de las turbulencias en las entidades españolas por la "exigente" regulación contable y de solvencia y por las prácticas de supervisión "atentas a la evolución de los riesgos".Asimismo, destacó que las entidades han aplicado criterios prudentes en la valoración de sus activos y han acumulado un "importante" volumen de provisiones durante los tiempos de bonanza, que les resultarán "muy útiles" en momentos de mayores dificultades.Además de valorar la solidez de la banca española ante la crisis "subprime", Viñals también consideró "adecuado" el marco operativo de la política monetaria del Eurosistema, que ha sido suficientemente flexible para hacer frente a las dificultades.No obstante, apuntó, las incertidumbres que todavía "continúan planeando" sobre los sistemas financieros han impedido la plena normalización de los mercados interbancarios.