Entre otros elementos, el plan de rescate ofrecería a los Tres Grandes de Detroit un paquete de 15.000 millones de dólares en préstamos para que puedan mantener a flote al menos hasta marzo. También se crearía la figura de un "zar del auto", que podría ser nombrado en los próximos dos a tres meses, para supervisar el manejo de los fondos y la reforma del sector.

Además de otras ataduras y un mayor escrutinio de las empresas, el Gobierno sería el principal "acreedor" y recibiría garantías en acciones equivalentes al 20 por ciento del préstamo. Preguntada sobre si la propuesta demócrata enviada a la Casa Blanca el lunes ayuda a mitigar las preocupaciones sobre la viabilidad del sector, Perino dijo que "hemos registrado bastante progreso en las últimas horas... las conversaciones han tenido un espíritu de colaboración".

Agregó que aunque se trabaja con celeridad la meta es lograr un buen proyecto de ley, por lo que "tenemos un poquito más de tiempo para continuar trabajando con ellos (el Congreso) para ultimar los detalles". Perino no quiso comentar sobre "rumores" de que los demócratas quieren proponer al ex presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker - y elegido por Barak Obama para liderar su equipo contra la crisis económica- como el "zar del auto".

"Ni siquiera tenemos (el texto) de la legislación todavía, así es que no haremos comentarios sobre cualquier rumor sobre nombramientos de personal que ocurrirían después de que se apruebe. Tendremos que esperar", insistió Perino.

Por su parte, el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, afirmó hoy que sólo quedan algunos asuntos pendientes para que el Congreso someta a votación el proyecto de ley que contiene el plan de rescate de Detroit.

"Estamos muy, muy cerca", dijo Reid, quien incluso no descartó que el Senado pueda someterlo a votación a lo largo de esta jornada y que la Cámara de Representantes lo haga mañana, miércoles.

Pero los comentarios de Reid contrastan con el escepticismo que reina entre algunos prominentes republicanos, entre ellos el líder de la minoría, Mitch McConnell, que considera inaceptable la propuesta demócrata.

GM, Ford y Chrysler tendrán hasta el 31 de marzo de 2009 para demostrar que son viables a largo plazo.

Además, los fabricantes tendrán que restringir las compensaciones y bonos a los ejecutivos, no podrán pagar dividendos a los accionistas mientras están endeudados con el Gobierno, y tendrán que deshacerse de sus aviones privados.

El préstamo se otorgaría a un plazo de siete años, con una tasa de interés del cinco por ciento en los primeros cinco años y del nueve por ciento en los dos años restantes.