La CEC, que representa a más de 400.000 pequeños y medianos comerciantes, considera que la intención del BBVA de convertir sus oficinas en tiendas de productos no financieros vendiendo televisores, minicadenas, cristalerías, motocicletas u ordenadores "puede ser tachada de intrusismo profesional y genera competencia desleal".Según la organización, la entidad que preside Francisco González quiere, además, situar sus sucursales en centros y áreas comerciales e, incluso, en cafeterías, "lugares para los que no cuenta con las licencias de apertura necesarias para actividades comerciales".