Fueron muchas las dudas que generaron las economías europeas durante el primer semestre del año y muchos los quebraderos de cabeza que aun quedan por pasar durante la última parte del año. Eso sí, los gestores mantienen la cabeza fría y reconocen que, aunque suave, asistiremos a una recuperación global en los mercados. Pero ¿en todos? El departamento de análisis de Schroders reconoce que a corto plazo “los indicadores cíclicos pueden invertirse a medida que el impulso de los inventarios se desvanece y los inversores podrían debatirse sobre el doble suelo durante el verano”.

Esta gestora lo tiene claro: la debilidad en el Sur de Europa continuará durante algún tiempo “lo que tendrá un impacto directo en el crecimiento agregado e impacto indirecto en canales de comercio, mercados financieros y la propagación del contagio a los soberanos”. Sin embargo, los expertos de Dexia Asset Management consideran que lo más peligroso es que hubiera una crisis de confianza. Si no se produce un descenso de ésta “las empresas deberían retomar la inversión en bienes de equipo al tiempo que el empleo se estabilizaría”.


Pero esto es ¿realidad o ficción? Parece que las medidas fiscales planteadas por los estados miembros de la Eurozona y destinados a reducir el déficit no convencen todo lo que debieran hacerlo. Miradas por muchos como “un tiempo extra” a los gobiernos para mostrar su determinación a la hora de reequilibrar sus presupuestos y por muchos otros “como una medida que tendrá un efecto adverso en la demanda”, reconoce Schroders. Y no sólo eso: generará una gran incertidumbre sobre el euro e incrementará la atención sobre los bancos de la zona euro”.

Unos bancos que pasarán su prueba de ‘esfuerzo’ a finales de julio cuando se publiquen los famosos test de estrés y que ha recibido el mazazo, durante la primera parte del año, de los inversores como principales tenedores de una deuda que no hacía más incrementarse en las regiones del viejo continente. ¿Y ahora? La decisión, por parte del Banco Central Europeo, de poner fin a la barra libre de liquidez traerá consigo “un endurecimiento de la situación para las entidades, sobre todo las españolas que son las que más piden”, reconoce Félix López, director de Atlas Capital. A pesar de ello, reconoce que los mayores perjudicados serán los bancos alemanes, franceses y británicos por ser estos los mayores tenedores de deuda española. Es como un efecto dominó, se crea una red de intereses en los que una ficha arrastra a las demás”. Con unos mercados de deuda casi deprimidos, es posible encontrar oportunidades en fondos de renta fija corporativa. Eso sí, sin olvidar que esta categoría no se verá este año tan favorecida como el pasado por el estrechamiento de los spreads. Juan Hernando, analista de Inversis Banco advierte de que en el caso de invertir en este tipo de activos “lo haríamos en fondos europeos como el Schroders Euro Corporate Bond y el Invesco Euro Corporate Bond”

Pero ¿cuáles son las perspectivas para los mercados de renta variable europeos? Sorprendentemente, Juan Hernando, analista de Inversis Banco reconoce que desde principios de año “teníamos claro que la renta variable es el activo en el que había que estar. Y en el que hay que seguir”. Este experto reconoce que la renta variable europea ha tenido durante el año muchos vaivenes “muy buenos para los que han sabido moverse en el corto plazo y nos seguimos manteniendo positivos”. ¿El motivo? El diferencial respecto a la renta variable americana. Este experto reconoce que éste ha sido excesivo “y no justificado a tenor de los datos macroeconómicos publicados”. Si es cierto que EEUU comenzó a salir antes de la crisis y Europa se ha retrasado más por los problemas de deuda y los vaivenes de la renta variable “pero actualmente los datos no responden al excesivo diferencial que hay entre ambos mercados”.

Y este experto va más allá. La depreciación del euro frente al dólar – que en lo que va de año supera el 15% de caída- favorecerá el tirón de economías exportadoras como la alemana. Algo que según Dexia Asset Management “debería continuar a lo largo de los próximos meses gracias no sólo a la debilidad de la divisa comunitaria sino al nuevo arranque de las economías de Europa Central y del Este”. Pero ¿y si hablamos de fondos? Aunque el analista de Inversis Banco reconoce que en la renta variable europea no hay grandes ganadores consistenemente como existen en otras categorías – hay menos fondos que superen a sus índices de referencia- es posible beneficiarse de este tipo de inversión a través de fondos “de estilo crecimiento como el Allianz RCM Equity European Growth o el Fidelity European Fund, que se aprovecha de compañías con un menor tamaño y le da un sesgo positivo al fondo”.

Y ahora se plantea la otra cara de la moneda ¿qué ocurrirá en Estados Unidos en la segunda parte del año? Véalo en la Revista Estrategias de Inversión, suscríbase.