Rasgos nuevos y más tradicionales. La fusión de ambos ha provocado la actual situación del sistema financiero internacional. El subgobernador del Banco de España, José Viñals ha contado- en la clausura de las jornadas organizada por la Asociación de Periodistas de Información Económica - como factor novedoso el hecho de que la crisis se haya originado en Estados Unidos y “la rápida expansión que ha tenido al resto de economías del mundo, especialmente la europea”. Como factor novedoso, indica que “lo más reseñable es que su origen está en la relajación de los criterios por los que se han concedido los créditos hipotecarios en Estados Unidos". Una aplicación “poco prudente” en la concesión del crédito se ha convertido en un factor “típico de generación de dificultades en los sistemas bancarios”. En esta situación
la complejidad y la fatla de transparencia “han dificultado un diagnóstico a tiempo de la situación y han favorecido que los riesgos acabasen en manos de inversores menos preparados para comprenderlos , valorarlos y gestionarlos”.España está fuera…pero no del todo
Sin embargo, y a pesar del huracán que bate los mercados financieros, Viñals entiende que “las entidades de crédito españolas han estado ausentes de los fenómenos más inciertos de la situación actual pues su modelo de banca se ha centrado en la intermediación financiera tradicional”, y no se han introducido en el negocio de originar para distribuir. Es por ello que no han tenido incentivos inadecuados para relajar sus políticas de concesión de créditos y además destaca que “las titulizaciones españolas se han caraterizado por su sencillez y elevada calidad”. Y aunque se hayan librado de lo peor, lo cierto es que “las entidades españolas no son inmunes” a los efectos indirectos que las perturbaciones financieras están trayendo consigo. Primero porque se está viendo alterado el funcionamiento de los mercados monetarios y de renta fija privada internacionales. Segundo por el impacto nocivo que tiene sobre el crecimiento económico global que conincide “con el final de la larga onda expansiva por la que ha atravesado la economía española y que, por tanto, complica el proceso de ajuste de nuestro país”. ¿Y ahora qué?Entre las previsiones de Viñals sobre lo que cabe esperar a partir de ahora señala el que los mercados “no puedan volver a disponer de recursos financieros en los mercados internacionales a coste reducido, con unas primas de riesgos “tan poco penalizadoras como las que se venían aceptando en la situación anterior”. Tampoco espera que la evolución del negocio en España crezca a ritmos del año pasado “puesto que debe acompasarse a unas tasas de PIB Nominal considerablemente menores”. Y hace un llamamiento para que las entidades “busquen un equilibrio entre sus fuentes de financiación y sus activos, que tenga en cuenta las actuales condiciones de los mercados”. El subgobernador del BdE admite que "las entidades españolas han demostrado a lo largo de muchos años ser buenos gestores y lo siguen siendo". Pero, aunque estén leyendo adecuadamente el mapa de riesgos y se estén posicionando correctamente, "no está de más que el supervisor lance mensajes que puedan hacer todavía más clara la dirección en la que pensamos que se tiene que ir". Cree que hay un reconocimiento palpable por parte de bancos y cajas de que los años pasados fueron unos y ahora llegan otros en los que se tienen que adaptar. Viñals asume la responsabilidad de la entidad que representa para “responder de manera activa al fenómeno de la innovación” y ante la presencia de grupos transnacionales “se necesita convertir la cooperación internacional en un pilar de supervisión”. Citando las iniciativas más recientes en el Comité de Basilea y el Foro de Estabilidad Financiera.