En épocas de exuberancia, este fenómeno alcanza mayor intensidad, porque, como se ha demostrado, han sido muchas las compañías las que han obtenido importantes plusvalías con esta disciplina. En momentos de depresión económica, determinadas compañías utilizan el dinero que hay en caja para sostener las cotizaciones de manera artificial, práctica que entronca con la influencia directa de estas mismas empresas en el precio de sus propias acciones. El regulador ya se ha puesto esta tarea para este año. Lo importante es conocer la acotación del terreno y, a continuación, multar a quienes infrinjan la ley.

El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Julio Segura, anunció a finales de mayo en el Congreso de los Diputados que el organismo tiene abiertos tres expedientes a entidades por cuestiones relativas a las notificaciones de autocartera. Segura rehusó especificar de qué entidades se trata y qué motivó la apertura de los expedientes. Según la legislación actual, el emisor de acciones debe comunicar a la CNMV la proporción de derechos de voto que quede en su poder cuando realice adquisiciones que alcancen o superen el 1% de los derechos de voto totales. Desde abril de 2009, el límite máximo de autocartera previsto por la Ley de Sociedades Anónimas para las sociedades cotizadas ha quedado establecido en el 10%, desde el porcentaje del 5% vigente con anterioridad.

Durante el pasado ejercicio se validaron un total de 212 notificaciones de operaciones con acciones propias que afectaron a 70 emisores, lo que significa un descenso del 30,3% respecto al año 2008, según los datos del informe anual de la CNMV. De los 70 emisores, un total de 18 pertenecían al Ibex. Once cotizadas notificaron una posición final de autocartera inferior al 1%, mientras que dos contaban con entre el 3% y el 4% de autocartera, y otra superaba el 5%.

Más vigilancia

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) establecerá una comisión para elaborar un censo de prácticas no admisibles en las operaciones de autocartera de las empresas. “Se trataría de elaborar un censo de todas las prácticas de autocartera que se consideran admisibles para reducir el margen de duda e incertidumbre sobre si una operación es admisible”, explicó Segura durante la presentación del plan de actividades de la CNMV para 2010.

El supervisor establece como prácticas aceptadas por parte de las empresas los programas de recompra de acciones propias, los programas de estabilización y los contratos de liquidez.

Con el fin de igualar el régimen español al de la mayoría de países europeos, el pasado 4 de julio entró en vigor una nueva norma que ampliaba al 10 por ciento desde el 5 por ciento el nivel máximo de autocartera que pueden tener a las empresas cotizadas.

“No hemos creado todavía la comisión para establecer cuáles son las prácticas no admisibles pero todos sabemos qué tipo de operaciones de autocartera no se deben realizar. La dificultad está en la zona gris, en la zona de las que no son explícitamente programas de estabilización o programas de recompra y ahí habría que verlo una por una”, reflexionó Segura.

El presidente del organismo supervisor señaló que este tema era especialmente sensible en el caso de los valores que tenían un capital flotante inferior al 10 por ciento porque “puede dar lugar a distorsiones de precios”.

La recompra de títulos, además de para proteger la cotización, puede utilizarse como recurso alternativo para remunerar a los accionistas, ya sea mediante la amortización de títulos—con el consiguiente aumento de valor para los títulos en circulación—o con la entrega de las acciones.

Se trata de prácticas de remuneración muy extendidas en ambos casos en el pasado reciente en un momento de caída de la rentabilidad o de inexistentes beneficios de las empresas.

La negociación de títulos propios ofrece asimismo una fuente alternativa de ingresos.

Plan de actividades


En el transcurso del año, el supervisor pretende concretar algunas de las reformas acordadas como respuesta a la crisis financiera y que suponen importantes cambios en el diseño de la supervisión tanto a nivel europeo como mundial.

Está previsto que en España se avance hacia un modelo conocido como ‘Twin Peaks’ que estará formado por el Banco de España, que se ocupará de la solvencia, y la actual CNMV, que se ocupa de la supervisión de los mercados y de conductas y que podría ser rebautizada como Comisión Nacional de Servicios Financieros.

Asimismo, la CNMV tiene previsto poner en marcha nueva regulación, como la que afecta a las agencias de calificación, y que se continúe con la elaboración de otras normas como la directiva de fondos de inversión alternativa o la reforma de la directiva de folletos, entre otras.

Respecto a la regulación de las agencias, la CNMV prevé asumir las funciones de registro y supervisión de las empresas de rating domiciliadas en España, que podría iniciarse en el segundo trimestre.

La presidencia española del Consejo de la Unión Europea obligará también a la CNMV, en el primer semestre, a reforzar las labores de asesoramiento al Gobierno para el desarrollo de las normativas europeas que afectan a los mercados financieros y que pretenden incrementar el control de la actividad de las entidades con importancia sistémica.

Asimismo se pretenden mitigar los incentivos que puedan favorecer conductas de riesgo para la estabilidad y aumentar la transparencia en los mercados.

Fuente: www.lacartadelabolsa.com