Gros-Pietro, que hizo estas declaraciones tras la asamblea extraordinaria de accionistas de Autostrade, ha puntualizado que no se ha recibido "ninguna llamada de solicitud o de simpatía". "Durante el año pasado hemos mantenido una serie de relaciones formales y públicas" pero que finalmente "condujeron a la imposibilidad del proyecto".El pasado mes de diciembre, ambas concesionarias se vieron obligadas a congelar sus planes de fusión a causa de las dificultades interpuestas por el Gobierno italiano, que cambió la normativa de concesiones para las autopistas justo después de que las compañías anunciaran su fusión.Durante la junta de accionistas, la concesionaria italiana aprobó el cambio de nombre que había propuesto el consejo de administración. A partir de ahora, Autostrade pasará a llamarse Atlantia, precisamente como muestra de la internacionalización que busca la empresa.