NVIDIA sigue siendo uno de los valores más sólidos del universo bursátil de Wall Street. Aunque no está exento de riesgos y problemas. Su dualidad respectos de los chips, para componentes de ordenadores, pasando por el megamundo del gaming, le coloca en una posición privilegiada, en los tiempos que vivimos. Siendo además el más grande en bolsa en este terreno.
Pero se ha topado con lo que puede ser algo más que un contratiempo en el mercado. Hablamos de un acuerdo para adquirir Arm, una empresa perteneciente hasta el pasado mes de septiembre al holding japonés SoftBank, que lo había comprado cuatro años antes. Su idea, impulsar el alcance en este creciente y, ahora escaso, mundo del chip con esta empresa británica que le costó 40.000 millones de dólares.
Y es que, si en la primera venta, había condiciones específicas del gobierno británico que no se llegaron a cumplir, ahora parece que todavía será menor. Desde la contratación obligada de ingenieros británicos, a la que Nvidia se resiste, a la inversión millonaria de un centro de investigación de inteligencia artificial en Cambrigde, donde se quiere construir uno de los superordenadores más poderosos del mundo.
Ahora, alegando razones de Seguridad Nacional, el gobierno británico podría oponerse a esta compra, al considerarse problemas de Competencia. Y por qué, se preguntarán afecta a este campo. Fácil, porque hablamos de tecnología sensible con la idea del robo de propiedad intelectual con la guerra comercial entre EEUU y China en época de Trump. Y Arm también tiene sede en Pekín.
Como en el equilibrio está la solución, esto podría dar pie a un mayor compromiso de Nvidia con las peticiones británicas, de cara a superar los problemas regulatorios, que están afectando al valor en su cotización en Wall Street.
De hecho, vemos como Nvidia gana un 4% en las últimas cinco sesiones, pero pierde un 1% en el último mes. En el trimestre los avances para el valor son del 41% en el Nasdaq y superan el 48% en el semestre. En lo que va de año, Nvidia gana un 55% en Wall Street
Más allá de ello, lo cierto es que los analistas no se ponen ni de lejos de acuerdo sobre el recorrido futuro que tiene Nvidia en el mercado americano. Desde Wall Street Journal, por ejemplo, vemos como de los 41 expertos que siguen el valor 29 optan por comprar, 5 por sobreponderar, otros 5 por mantener Nvidia en cartera, 1 por infraponderar y otro por vender con precio objetivo medio que la cotización del valor ya supera en el mercado: 197,13 dólares por acción. Mientras, desde TipRanks los analistas que lo siguen optan, en 28 de los 29 por comprar y uno por mantener. Pero su recorrido es escaso, con precio objetivo de 204,42 dólares y un avance del 0,83% potencial en el mercado.
Nada que ver con lo que acaba de hacer Rosenblatt Securities. Acaba de elevar el precio objetivo de las acciones de Nividia a los 250 dólares desde los 200 anteriores y con recomendación de compra para el valor. Eso supone otorgarle un potencial a 12 meses vista del 23%.
En menor medida, JPMorgan eleva su precio hasta los 215 desde los 176 dólares anteriores. Y es que esperan que la segunda mitad del año sea más favorable a la compañía ya que esperan una sólida demanda de juegos de PC, lo que será el gran impulsor de los ingresos de la empresa, compensando la caída de la fabricación de ordenadores personales, en declive. También espera que crezca con fuerza el segmento de centro de datos.
Desde Citi, Argus y Oppenheimer también han revisado al alza sus PO. En el primer caso su analista Atif Malik lo coloca en los 223 dólares frente a los 180 anteriores y con recomendación de compra. En el segundo lo eleva a 230 desde los 175 previos y con consejo de adquirir el valor. Y el tercero coloca su precio objetivo en los 235 dólares para Nvidia.
Su próxima gran cita con el mercado será el 18 de agosto cuando presente sus cuentas trimestrales ante analistas e inversores.