Pese a un inicio de año prometedor, lo cierto es que Wall Street sigue sin recuperarse del duro varapalo sufrido en 2022, peor año para el parqué neoyorquino desde la crisis financiera. El DOW JONES, que mide el desempeño de los 30 mayores valores estadounidenses, se sitúa prácticamente en tablas respecto a los niveles a los que cerró el año pasado.
La amenaza de una recesión ante la batalla que libra la Reserva Federal contra la inflación sigue pesando en el ánimo de los inversores, pero hay otro riesgo que quizás esté pasando más desapercibido y que puede traer nuevos quebraderos de cabeza en los próximos meses: las tensiones políticas sobre el techo de deuda.
La voz de alarma la ha dado RBC Capital, que considera que el drama del techo de la deuda podría suponer un golpe “significativo” para la renta variable estadounidense. Aunque a día de hoy lo cierto es que no ocupa precisamente el primer lugar en la mente de los inversores, la firma considera que puede suponer un riesgo significativo en verano, sobre todo si no se solucionan el resto de asuntos pendientes.
Según la Oficina Presupuestaria del Congreso, el Tesoro se encamina actualmente a un impago de la deuda en algún momento entre julio y septiembre, a menos que el Congreso eleve el límite de endeudamiento, situado en 31,4 billones de dólares. Lo cierto es que el debate del techo de deuda ha sido recurrente durante las últimas décadas y hasta ahora nunca el Gobierno federal ha incumplido su pago. Sin embargo, sí es frecuente que dé origen a varios meses de tensiones políticas entre conservadores y demócratas.
“Muchos inversores, incluida esta autora, recuerdan demasiado bien la volatilidad bursátil que acompañó a la rebaja de la calificación de la deuda estadounidense en 2011”, apunta en un informe la jefa de estrategia de renta variable estadounidense de RBC, Lori Calvasina.
“Nuestra revisión del libro de jugadas histórico nos hace preocuparnos de que el drama del techo de deuda suponga un riesgo para el mercado bursátil este verano, aunque el alcance del impacto puede depender de qué más esté ocurriendo en los mercados financieros”, añade la experta.
Calvasina considera que si las preocupaciones actuales del mercado -como las subidas de tipos de interés de la Reserva Federal, los temores a la recesión, la inflación obstinadamente alta y las tensiones geopolíticas- no empeoran, cualquier caída de la renta variable estadounidense relacionada con el techo de la deuda se situaría en una horquilla “modesta” de entre el 5% y el 7%.
Sin embargo, “si los mercados financieros siguen nerviosos por otras razones, el drama del techo de la deuda podría contribuir a una venta más significativa”.