Que 2013 fue uno de los peores años para el oro no es un secreto para nadie. El metal precioso cayó dramáticamente hasta marcar un mínimo en precios de cierre alrededor de los 1.200 dólares por onza, en una continuación de la tendencia bajista subyacente que ha dominado el metal en los últimos años, y que había arrastrado las cotizaciones de otros metales preciosos como el cobre.

Sin embargo, este 2014 está viendo cómo este metal ha resurgido notablemente, registrando unas ganancias de más de 100 dólares por onza, hasta precios por encima de los 1,300 dólares en la última sesión. Según ha explicado David White, analista de SpreadEX: "El hecho de que el metal amarillo haya protagonizado este rally es un signo positivo que significaría que este valor está siendo capaz de atraer más capital que otros activos financieros".

Es muy probable que una de las razones de este incremento en la demanda del metal precioso se tenga que buscar en que haya recuperado parte de su atractivo como valor refugio, das las actuales condiciones de mercado. Así, explica Bloomberg que "las fugas de capital de los mercados emergentes a causa del inicio de la retirada de los estímulos de la Reserva Federal de los EEUU podrían haber incrementado la apetencia por el oro".

Técnicamente hablando, el metal precioso se tendría que enfrentar a la resistencia inmediata en los 1.311 dólares por onza, según ha explicado Carol Harmer, fundadora de Charmer Charts. Explica Harmer que, en cuanto se despeje este nivel, se podría operar al alza, con un precio objetivo en los 1.317/19 y, más arriba, hacia los 1.323. Según esta experta, el mercado se acabaría encontrando con el fuerte nivel de resistencia histórico en los 1.330, donde el mercado se podría ver capado y provocar una corrección.

N.J.