Los futuros del oro comienzan la semana con algo más de tranquilidad tras el momento montaña rusa vivido en los últimos días. Volatilidad que al final se ha saldado con el tradicional activo refugio en los 1.815 dólares la onza, con un ligero avance y manteniendo la cota de los 1.800, tras los datos de empleo en EE.UU., que sin embargo, respaldan el hecho de que se pueda aprobar el segundo plan de estímulo fiscal por la pandemia en el Congreso americano.
Sin embargo, se ha visto perjudicado por el aumento de los rendimientos de los bonos de EEUU y un dólar mucho más fuerte. Ya saben que los activos vinculados al dólar tienden a caer cuando se fortalece la divisa porque se vuelven en comparación mucho más caros para los inversores extranjeros.
La debilidad económica apoya al oro, que ve como si el mercado laboral norteamericano no se termina de recuperar, como indica enero, refuerzan la mirada al legislativo para dar luz verde al nuevo paquete de estímulo fiscal, necesario para reactivar a la primera economía del mundo. Este hecho, elevaría la deuda, debilitaría al dólar y por ende aumentaría el precio del oro, que recordemos se referencia al billete verde.
En su gráfica de evolución vemos que el oro, sigue muy débil en los mercados, aunque sin movimientos bruscos: Cede un 1,87% en las últimas cinco sesiones, en las que llegó el pasado jueves a cerrar con su nivel más bajo desde finales de noviembre. Cede casi un 2% en el último mes, en el trimestre la caída es ya del 7% y en lo que va de año, el metal precioso recorta un 4,54%, mientras va perdiendo el bagaje interanual que sigue siendo claramente positivo: avances del 15,33%.
Eso sí, los expertos ven un repunte del oro, al menos en el primera mitad del año, tiempo en el que la incertidumbre sobre el nivel y la capacidad de recuperación de las economías, mientras se generaliza la inmunización con las vacunas, todavía es claramente desconocido.
El Consejo Mundial del Oro acaba de indicar que los fondos cotizados en bolsa de oro en todo el mundo, los ETFs, registraron en enero entradas de 13,8 toneladas métricas, traducido unos 1.000 millones de dólares. Y esto se produce tras dos meses consecutivos de salidas de capital de los mismos.
Entre esas previsiones encontramos las de la LBMA, la London Bullion Market Association que considera que la onza de oro alcanzará un precio medio en el presente ejercicio de 1.974 dólares la onza, con lo que supone un avance del 11,5% desde su récord alcanzado en el pasado ejercicio. Todo ello en un entorno de vacunaciones masivas con recuperación económica que se espera fuerte en la última parte del año pero también con la respiración asistida a todo gas de bancos centrales y de los gobiernos.
De hecho la LBMA indica que 12 de los 32 analistas consultados ven el precio del valor por encima de los 2.000 dólares el barril en este 2021. Y hay quien lo ve muy superior: es el caso de Degussa, que espera que el oro llegue a los 2680 dólares, con un promedio de 2.300 dólares. Un nivel, este último que espera Goldman Sachs para los próximo mes e incluso a un año vista.
Según apuntan los indicadores premium de Estrategias de Inversión, desde el punto de vista técnico, el oro apenas alcanza, en modo bajista, una puntuación total de 1,5 de los 10 posibles. Solo en positivo nos encontramos con el volumen a medio plazo y la volatilidad a largo, porque el resto de los indicadores se mueven claramente a la baja: la tendencia por ejemplo, bajista a medio y a largo plazo también, el momento total, lento y rápido que es negativo y el volumen a largo plazo que es decreciente.
