No es una gran sorpresa que los ministros de Finanzas y Economía de la Unión Europea (UE), conocido como el Ecofin, una vez más no hayan llegado a un acuerdo sobre la unión bancaria que pretende establecer el famoso mecanismo único de resolución (que tendría el poder de rescatar o liquidar los bancos con problemas, junto con un fondo que financie las quiebras). “Sobre el mecanismo único de resolución, no tenemos resultados formales en nuestros bolsillos o en la mesa”, ha admitido el ministro de Lituania y presidente del Ecofin, Rimantas Sadzius, añadiendo en la línea habitual del grupo que, sin embargo, “hemos dado un gran paso hacia delante al definir las direcciones y los planes concretos que se podrán discutir en la reunión del Ecofin de la próxima semana”. Así, los ministros retrasan hasta el 18 de diciembre, justo el día anterior al comienzo de la cumbre europea, un acuerdo “definitivo” que los líderes europeos podrían aprobar en la reunión del Consejo Europeo el 19 y 20 de diciembre. Así, el comisario de mercados internos de la Comisión Europea, Michael Barnier, ha insistido en que “hemos hecho progresos” y ha afirmado que “confío en que llegaremos a un acuerdo la semana que viene”.

De momento, la propuesta pretende establecer provisiones de bail-in, que obligarían a asumir pérdidas a los accionistas y a los acreedores en el caso de una quiebra o de una entidad que esté en proceso de entrar en bancarrota. La garantía de depósitos siempre cubriría las cantidades inferiores a 100.000 euros. La propuesta pone la mayoría de responsabilidad en las autoridades nacionales, que deberían establecer fondos de resolución preventivos para casos de quiebra antes de acudir, en último caso, a un fondo común. Las entidades también tendrán que preparar planes de recuperación con actualizaciones anuales que detallan los pasos planeados en caso de un “deterioro significativo”.

En cuanto a la situación económica de España, el Ecofin ha aplaudido el plan de reformas emprendido por el Gobierno de Mariano Rajoy en respuesta a las recomendaciones de la Unión Europea (UE), que “incluye un conjunto de reformas estructurales y presupuestarias en términos generales adecuado”. No obstante, lo que resulta irónico considerando los constantes retrasos en la unión bancaria, los ministros de Finanzas han pedido que España acelere la reforma tributaria y la evaluación de las principales partidas de gasto público con el fin de mejorar su eficiencia, que efectúe un seguimiento más estricto de las cuentas de las comunidades autónomas y que realice la modernización de los servicios de empleo.

Jason Martin