Walt Disney acaba de estrenar, Avatar: el sentido del agua, su gran producción global y con la que quiere de nevo, abrir el estandarte de la compañía como la gran productora, para retomar poco a poco, esos niveles de antes de la pandemia en la que, en las listas de las películas más taquilleras, siembre se encontraron entre 6 y 7 de Disney y siempre liderando los niveles de recaudación.
El sumum fue sin duda Avatar, la primera entrega de James Cameron que batió todos los registros existidos y por haber. Eran otros tiempos de los que, en el mundo del cine, parece que ha pasado una eternidad. 2009 con una recaudación de 2.900 millones de dólares, y como cuenta 10 años después de Barron, la compra de 21st Century Fox supuso retomar los derechos de la película.
Hay quien considera que la vuelta a los cines, puede ser claramente una gran vía de ingresos para Disney, como opinan desde Rosenblatt, mientras que las previsiones eran que alcanzara este primer y decisivo fin de semana de proyección recaudaciones de entre los 150 y los 175 millones de dólares.
Sin embargo, las previsiones no se han cumplido y la recaudación en taquilla se ha colocado por debajo e lo esperado. Las estimaciones generales rondaban los 140 millones en Estados Unidos y de hasta 500 millones de dólares en todo el mundo. Según Disney, la recaudación americana ha alcanzado los 134 millones y en global, los 435 millones de dólares.
A pesar de ello la secuela de Avatar se ha colocado como el tercer estreno más elevado en Hollywood desde la pandemia del Covid-19 y tiene por delante un largo recorrido con las vacaciones navideñas, mientras en el sector se indica, como cuenta Reuters, que no tiene gran competencia en los cines hasta el mes de febrero con algún estreno que le pueda hacer sombra.
Aunque con los cambios del mercado, lo importante no solo será la recaudación en taquilla, sino su vida posterior en la plataforma de streaming que tantas alegrías ha dado a la compañía, casi las únicas, desde la pandemia. En su gráfica de cotización vemos que el valor se mueve con recortes del 3,9% en la última semana, que suponen, en el último mes, caídas para el valor del 2,2%. En el trimestre su recorrido bajista alcanza un 17% y, en lo que va de año, los recortes para Disney superan el 42%. Es el tercer peor valor del Dow Jones en lo que va de año, tras Salesforce e Intel.
Y en ese punto de los cambios, entra en juego su primer impulsor, Bob Iger, el hijo pródigo que ha regresado por la puerta grande como nuevo CEO de Disney tras la salida por la de detrás de su antecesor, Bob Chapek.
Y es que según indican en Seeking Alpha la transición que marca el nuevo-antiguo consejero delegado es realmente el problema más grande que tiene ahora misma la compañía. Esa reconversión que no será nada fácil. De hecho, desde Ritholz Weath Management considera que los cambios en Disney son como “trata de coger un cuchillo mientras cae”. Considera que si sus acciones vuelven a caer por debajo de los 90 u 89 dólares por acción serán una buena oportunidad de compra.
Su director ejecutivo, Josh Brown considera que, si no se da esa circunstancia, todavía no es momento de entrar en el valor porque considera que aún no se ha estabilizado y no ha marcado todavía su mínimo.
En cuanto a recomendaciones desde TipRanks indican que, de los 21 analistas que siguen el valor, 17 optan por comprar y 4 más por mantener sus acciones en cartera. Su precio objetivo medio alcanza los 120,76 dólares por acción con un potencial alcista que supera el 34%.
Desde Blue Linea capital considerando que Disney es una buena opción para invertir, con una esperada de su flujo libre de caja, el crecimiento de los ingresos y el buen patrón técnico que presenta. Ya desde Morgan Stanley mantienen su calificación de sobreponderar el valor en el mercado, al entender que los parques temáticos pueden ayudar a Disney a cumplir sus expectativas ya revisadas a la baja para el año fiscal 2023. Eso sí recortan su recorrido potencial alcista hasta los 115 dólares desde los anteriores 125.
A pesar de todo considerando desde la firma que Bob Iger tiene, en su regreso, que manejar importantes obstáculos relacionados con el recorte de gastos, la creación de un nuevo plan de sucesión en la compañía y reenfocar el contenido.Pero su analista Benjamin Swinburne afirma que sus nuevos objetivos son alcanzables con lo que la compañía podría comenzar a generar ingresos a través de sus aéreas más dañadas para el año fiscal 2024, si hay una buena reestructuración en el seno de la compañía de entretenimiento.