Sobre este último punto, informó que el problema se encuentra en que "algunos países han llegado demasiado lejos en lo que representan los derechos que normalmente se reconocen como la sociedad del bienestar".

Del mismo modo, aprovechó para advertir que "hasta que no se controle y, en cierto modo, se acomoden las prestaciones del ámbito del estado del bienestar a las posibilidades de los países, habrá un problema con la moneda".

No obstante, el economista estima que estos pasos han comenzado a darse en cuanto al “control del déficit”, y se ha mostrado optimista porque considera que "van en la buena dirección".

Ha indicado que cree que el dólar y el eurose coordinarán más, en el ámbito de las economías occidentales, y ha señalado que "parte de la crisis actual y de la intensidad de la recesión se debe a la inestabilidad que ha habido entre el dólar y el euro en los últimos años".

Pero a la divisa que augura un papel preponderante en un futuro es a la moneda china, ya que en términos de comercio internacional y de Producto Interior Bruto, el país oriental “tiene un papel creciente en la economía mundial”. Ahora bien, “se necesita mucho tiempo” para que una moneda sea la más utilizada en transacciones internacionales.