La inflación es unos de los indicadores más importantes y con mayor repercusión en los mercados, debido a que su evolución marca la política monetaria de los bancos centrales. Ahora bien, los bancos centrales no se fijan en un dato puntual de inflación de un mes concreto, sino en aquellos indicadores que pueden adelantar una deriva al alza y de forma sostenida de la tasa de inflación en el medio plazo. Y es que no hay que olvidar que el objetivo de los bancos centrales es garantizar la estabilidad de precios. 

Pero ¿qué es la estabilidad de precios? normalmente los bancos centrales hacen referencia a la estabilidad de precios sin cuantificar una tasa de inflación específica ni a establecer un horizonte temporal. La Reserva Federal tiene la definición más amplia en su objetivo: “estabilidad de precios en el medio plazo”, lo que le ha permitido gozar de una importante flexibilidad cuando las circunstancias lo han exigido. Tanto el Banco de Inglaterra como el de Suiza detallan al máximo su objetivo. En el primer caso, un crecimiento interanual del 2,5% en un horizonte temporal de 2 años y, en el segundo, se amplía el plazo (hasta los 3 años), mientras que se reduce el objetivo: un 2%. Ésta es la misma cota que ha establecido el Banco Central Europeo, si bien su plazo es algo más ambiguo: “medio plazo” y, tras las modificaciones realizadas en mayo de 2003, se ha introducido un pequeño matiz: “cercana, pero por debajo del 2%”. Por último, cabe destacar el caso del Banco de Japón que, a pesar de no contar con un objetivo concreto de política monetaria, mantendrá una política de tipos de interés lo más cercana posible al 0% hasta que se consolide la inflación. 
 
¿Cuáles son los indicadores de precios más importantes y más seguidos por el mercado? 
 
1. Índice de precios al consumo (IPC). El IPC mide la evolución del conjunto de precios de los bienes y servicios que consumen las familias residentes en un determinado país. Ahora bien, cada familia tiene un patrón de consumo diferente. Unos gastan más en vivienda, otros en alimentación, otros en cultura, etc. Con objeto de conocer el gasto medio de las familias en los diferentes grupos de bienes, los institutos de estadística realizan periódicamente unas encuestas de presupuestos familiares que permite elaborar esté indicador de precios con base en un año determinado, asignando diferentes ponderaciones a los diversos grupos de gasto (alimentos, vestido y calzado, vivienda, transportes y comunicaciones, medicina y salud, etc.).
 
Asimismo, el IPC general se suele analizar en esos diferentes subíndices en función de cada grupo de bienes, con el fin de conocer con más detalle qué y dónde se está originando con mayor intensidad la inflación para poder diseñar la política económica más adecuada en cada caso. Ahora bien, de todas las desagregaciones posibles del IPC general hay una especialmente relevante denominada inflación subyacente (en inglés el indicador se conoce como core CPI) que elimina del índice general la influencia de los precios relativos a la energía y alimentos no elaborados (petróleo y materias primas, fundamentalmente).
 
Dado que ambos elementos pueden considerarse factores exógenos, es decir, sobre los que no puede influir en modo alguno la política económica de un país, la inflación subyacente es un buen termómetro del componente estructural o doméstico de los precios, convirtiéndose por ello en un indicador al que, tanto los analistas como las autoridades monetarias, prestan una especial atención por su repercusión en la competitividad internacional de la economía del país.
 
2. Precios de producción industrial. Es un indicador de precios elaborado y publicado mensualmente por los distintos institutos de estadística que mide la evolución de los precios de los productos industriales fabricados y vendidos en el interior del país. Quedan excluidas, por tanto, las ventas realizadas en el mercado exterior y las de los productos importados. Este índice de precios incluye todos los sectores industriales (minería, manufacturas, gas, electricidad...), con la única excepción del sector de la construcción. Los bancos centrales suelen utilizarlo como indicador adelantado del IPC, ya que aumentos en los precios industriales suelen trasladarse a los precios del consumidor final, que es lo que mide el IPC. A este fenómeno se le denomina “efectos de segunda ronda”.
 
3. Utilización de la capacidad productiva (UCP), output gap, tasa de paro. La utilización de la capacidad productiva, el output gap y la tasa de paro, son indicadores muy utilizados por los bancos centrales para adelantar posibles presiones inflacionistas. Momentos de UCP en clara línea ascendente, de crecimiento del PIB sólido y por encima de su potencial en función de los factores productivos (esto es output gap positivo), y de economía en pleno empleo o con tasa de paro muy reducida, vienen acompañados de subidas en los tipos de interés con el fin de contener la demanda y evitar que esa presión sobre la producción provoque subidas en los precios.
 
4. Evolución de la divisa. Cuando la divisa de un país se deprecia, el valor de los bienes y servicios que son importados se encarece, lo que implica que haya un traslado a los precios internos. Asimismo el efecto potencial del aumento de la demanda externa (debido a la ganancia de competitividad por la pérdida de valor de la divisa) también puede generar presiones inflacionistas en el corto plazo si la economía está operando a plena capacidad.   
 
Si hace un mes en esta misma sección, os presentaba el GdC ciclo global como un indicador para tomar el pulso en “tiempo real” a la actividad económica, en esta ocasión voy a explicar un indicador que pretende darnos una visión global del otro vector clave sobre el que se desplazan los precios de los activos financieros: la inflación. 

El índice GdC de inflación se construye y se interpreta de la mima manera que el GdC ciclo global, si bien y como es lógico, cambia la base de datos sobre la que trabajamos para extraer información sobre la presión de precios. Los indicadores incluidos en el índice son los siguientes: 
 
IPC: EEUU, Área euro, Japón, Reino Unido y BRIC.
Precios de producción industrial: EEUU, Área euro, Japón, Reino Unido.
Utilización Capacidad Productiva (UCP): EEUU, Área euro, Japón, Reino Unido.
Tasa de paro: EEUU, Área euro, Japón, Reino Unido, Brasil, Rusia.
 
El análisis conjunto de estas variables nos da como resultado el GdC inflación global, con una media histórica que representa el nivel 0. Es decir, un índice en 0 estaría recogiendo un entorno de precios (inflación) en línea con la media histórica. En la medida que este índice tenga pendiente positiva (suba) o negativa (baje) estaría alertando de potenciales desviaciones al alza o a la baja sobre la inflación media. 
 
Indicador GdC de inflación global
 
Fuente: advisory GdC 
 
 
Antes de finalizar con el post me gustaría lanzar algunas preguntas. Si observamos el gráfico, ¿qué interpretáis de la situación actual del indicador GdC de inflación global? ¿Qué tipo de activos evitarías dado este contexto?
 
La próxima semana Daniel Suárez nos mostrará como combinar los indicadores GdC de crecimiento e inflación para tomar decisiones de inversión en los mercados financieros. Espero que este tipo de herramientas os sea de gran utilidad.