Los gobiernos europeos han entrado en una nueva era de planificación de la seguridad y la defensa. De 2025 a 2030, se pasará deliberadamente del rearme a corto plazo a la preparación estructural a largo plazo. Esto implica reforzar la capacidad industrial, invertir en compras conjuntas, crear reservas estratégicas y poner en funcionamiento fuerzas de respuesta rápida. Para los inversores, esto marca un periodo de visibilidad duradera sobre el gasto, asociaciones público-privadas más fuertes y consolidación dentro de la cadena de suministro de defensa.
El primer semestre de 2025 resultó paradójico. La inflación general disminuyó, pero aumentaron los riesgos arancelarios y geopolíticos. En conjunto, los índices de renta variable subieron, pero el liderazgo fue limitado y la amplitud del mercado se debilitó. Los rendimientos de los bonos a largo plazo experimentaron fluctuaciones y el dólar cayó ante la pausa de la Reserva Federal (Fed) tras su recorte inicial de 100 puntos básicos. Las primas de riesgo de las acciones muestran ahora una amplia brecha: aproximadamente el dos por ciento en Estados Unidos, el seis por ciento en Europa y el siete por ciento en Japón y el amplio universo de los mercados emergentes. En los próximos doce meses, las decisiones de asignación de activos dependerán de estos colchones de valoración, de las divergencias en las políticas y de la evolución de las alianzas comerciales.
La próxima Cumbre de la OTAN en La Haya (24-26 de junio de 2025) está llamada a ser un momento crucial para la estrategia de defensa europea y la industria de defensa. El telón de fondo geopolítico no podría estar más cargado en un momento en que la OTAN se reúne para su cumbre de 2025.
A medida que el mercado mundial se enfrenta a una mayor incertidumbre por la escalada de las tensiones comerciales estadounidenses, los inversores gravitan hacia refugios seguros no tradicionales.
La carrera por reforzar las capacidades de defensa europeas está en marcha. Desde la invasión de Ucrania, los líderes europeos han intensificado sus llamamientos para aumentar el gasto en defensa.
Al comenzar el nuevo año, repasamos una selección de activos con buenos resultados en 2024 y sus perspectivas para el año 2025. Este informe se divide en dos partes. La segunda se centra en la plata, la ciberseguridad y un enfoque de Barbell para invertir en calidad y valor de large caps estadounidenses
Al comenzar un nuevo año, repasamos una selección de activos con buenos resultados en 2024 y sus perspectivas para el año 2025. Este informe se divide en dos partes. La primera se centra en Bitcoin, Japón y los mercados emergentes de pequeña capitalización.
La conclusión del fenómeno de El Niño de 2023/24 está dando paso al probable regreso del fenómeno climático La Niña. El enfriamiento de la superficie del mar en julio y agosto apunta ahora a un cambio hacia condiciones más neutrales. Las posibilidades de que se forme un patrón climático de La Niña este año son cada vez más probables. Según la NOAA, se prevé que La Niña surja en septiembre-noviembre con un 71% de probabilidades y se espera que persista hasta enero-marzo de 2025.
La renta variable ha mostrado una gran fortaleza en el primer semestre de 2024. El rendimiento se ha visto respaldado por unos beneficios sólidos y un impulso positivo a pesar de que las expectativas de que se produzca un recorte de los tipos de interés han aumentado. Aun así, es importante señalar que el liderazgo dentro de los mercados bursátiles sigue siendo relativamente estrecho debido a la concentración de beneficios y al auge de la IA.
Aneeka Gupta, directora de análisis macroeconómico en WisdomTree, elabora un análisis sobre las perspectivas de los mercados de renta variable en 2024