El consejo de Telefónica da el visto bueno al nombramiento de Jose María Álvarez-Pallete como máximo mandatario de la empresa. El máximo órgano de Gobierno de la compañía también tiene previsto fechar la próxima junta de accionistas en la que se votaría cuestiones como la renovación del consejo de administración, el dividendo o el nuevo auditor.
Alierta apuntó en la presentación de los resultados de 2015 que en caso de que se frustrase o se retrasase la operación de venta de su filial británica O2 al grupo Hutchinson
entraba la opción de que la retribución al accionista fijada en una media de 0,75 euros podría componerse de 0,40 euros en efectivo y de 0,35 en concepto de scrip dividend.
Al margen de las dudas que genera que esta operación del Reino Unido pueda llegar a buen puerto, Cesar Alierta afirmó que el pago de un dividendo de como mínimo 0,75 euros estaba "completamente garantizado" para el próximo lustro e, incluso, para la próxima década.
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Lo cierto es que Alierta abandona hoy la dirección de la compañía una vez que ha puesto en marcha la trasformación “más radical”, en base a sus propias declaraciones, después de que haya estado marcada por la expansión internacional, la diversificación de sus negocios, la apuesta por la digitalización y la recuperación de la remuneración al accionista (pago de dividendos).
De esta manera, Álvarez-Pallete se encarga de afrontar nuevos desafíos que se centran, en primer lugar, en implementar la digitalización de la economía, además de llevar a cabo el desapalancamiento de la compañía, que es una de las principales tareas pendientes, y que puede derivar de la venta de O2, su filial británica.
La evolución de su negocio en Brasil, que podría verse afectado por la complicada situación macroeconómica que atraviesa el país, la renovación del consejo de administración o el futuro de su nueva filial de infraestructura Telxius marcaran los primeros pasos de Álvarez-Pallete como presidente.
La Telefónica que liderará a partir de hoy Álvarez-Pallete acaba de iniciar el último capítulo de su proceso de transformación con la puesta en marcha a finales de 2015 de su nuevo plan estratégico para los próximos años 'Elige todo', con el que se propone convertirse en una 'Onlife Telco', una compañía totalmente orientada al cliente.
César Alierta anunció su intención de abandonar el cargo el pasado martes 29 de marzo y propuso entonces al consejero delegado del grupo, José María Álvarez-Pallete, como sustituto, al considerarlo "el directivo más preparado para afrontar con éxito los retos que impone la revolución digital".
Pese a abandonar la presidencia, Alierta seguirá formando parte del consejo de administración de Telefónica, cargo que ocupa desde cuatro años antes de acceder a la presidencia, y centrará también sus aportaciones en temas sociales y de progreso, como es la Educación Digital y la presidencia ejecutiva de Fundación Telefónica.